Los gobiernos de México y de Estados Unidos iniciaron formalmente la nueva etapa en la cooperación bilateral en seguridad, enmarcada en el Entendimiento Bicentenario, que se estableció en octubre pasado para sepultar la Iniciativa Mérida.
Ayer, en la sede de la cancillería mexicana, funcionarios de ambas administraciones se reunieron en privado para instalar el Grupo de Alto Nivel de Seguridad (Ganseg), con el que se dará operatividad a los acuerdos y políticas en la materia. Todo con respeto mutuo a las soberanías.
Con esto, se dijo, los gobiernos de Joe Biden y de Andrés Manuel López Obrador buscan de manera conjunta combatir la violencia, la impunidad, la corrupción, el homicidio doloso, el reclutamiento de grupos vulnerables por parte de criminales, el tráfico ilegal de armas (que el gobierno estadunidense reconoció vienen de su país), el trasiego de drogas de todo tipo, la trata y el tráfico de personas, al igual que los crímenes cibernéticos y el lavado de dinero.
En los trabajos de instalación participaron, por el lado estadunidense, su embajador en México, Ken Salazar, y la jefa de misión de la embajada, Stephanie Syptak-Ramnath; y por el lado mexicano, el canciller Marcelo Ebrard y la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
El acto sólo se abrió a la cobertura informativa en la parte de los discursos iniciales. El resto de los trabajos se desarrollaron a puerta cerrada.
“El día de hoy nace el Entendimiento Bicentenario, se vuelve operativo, es el acta de nacimiento y el inicio de operaciones de una nueva etapa entre México y Estados Unidos en materia de seguridad”, aseveró Ebrard.
El Ganseg se dividirá en cinco subgrupos: uno para abordar la protección a los ciudadanos, otro con el fin de prevenir crímenes transfronterizos, el tercero para perseguir las redes criminales, uno más de carácter informativo de las fuerzas armadas y el comité binacional de cooperación.
La cancillería informó en un comunicado que, como parte de los avances, se presentó el plan de acción preliminar para los siguientes tres años de cooperación bilateral en seguridad, el cual fue subsecuentemente revisado y adoptado por los subgrupos de trabajo.
Ambas delegaciones definieron además los calendarios de actividades para atender los retos de seguridad de manera oportuna.
Salazar enfatizó que se trata de una alianza “que estamos haciendo juntos, con respeto mutuo, con respeto a la soberanía de México, pero poniendo la visión, los recursos de las dos naciones para trabajar en estos grupos que son tan importantes para proteger a nuestra gente”.
Con base en este nuevo pacto, dijo, se trabajará de manera coordinada para prevenir y sancionar los delitos y los crímenes que cruzan por las fronteras y aquejan a la región.
Se refirió a la prevención del contrabando de arsenal. “Las armas que vienen de Estados Unidos a México son responsabilidad de las dos naciones, pero reconocemos, como ha dicho el presidente Biden, que estas armas están viniendo de Estados Unidos. Es sólo un ejemplo de la importancia de lo que se quiere hacer”.
Rodríguez destacó que a partir de esta nueva etapa de colaboración en materia de seguridad, los dos países aspiran a contribuir dentro de sus competencias legales a la construcción de la paz en ambos lados de la frontera.