Tras recrudecerse las presiones inflacionarias sobre las fábricas estadunidenses, y en vísperas del desenlace de las últimas decisiones del año en política monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed) y el Banco de México (BdeM), el peso mexicano se depreció ayer 1.28 por ciento frente al dólar spot, para cerrar en 21.2650 unidades.
En Estados Unidos se publicó que los precios al productor aumentaron 9.6 por ciento anual en noviembre, cifra mayor a lo esperado y siendo el ritmo de crecimiento más alto que se ha registrado, lo que soporta la expectativa de que la Fed anuncie una reducción más acelerada del tapering; es decir, terminar con el programa de compra de bonos que instauró para hacer frente a la crisis sanitaria de 2020 antes de lo esperado y comenzar con el alza de tasas, que se ubica entre 0-0.25 por ciento.
La divisa mexicana, que operó en el mercado interbancario entre un máximo de 21.2790 unidades y un mínimo de 21.0420, tuvo su peor sesión desde el 26 de noviembre, pues los operadores del mercado se mostraron cautelosos de cara a las decisiones monetarias.
En México, el consenso espera que el banco central, en su reunión del jueves, eleve por quinta vez consecutiva la tasa de interés en 0.25 puntos porcentuales, a un nivel de 5.25 por ciento, aunque no se descarta un alza de 0.50 puntos porcentuales e, inclusive, si el Banco de México sorprende, 0.75 puntos.
Mientras, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) fue a contracorriente de los mercados accionarios internacionales, al ganar 1.63 por ciento, equivalente a un avance de 822.30 unidades, para cerrar en 51 mil 241.47 enteros,.
El principal índice accionario mexicano superó las ganancias de 2.0 por ciento a unos minutos del cierre.