La semana pasada, las autoridades de Nueva Zelanda reafirmaron su compromiso en convertirse en el primer país libre de humo de cigarro. Con una iniciativa que ha levantado polémica, el país oceánico ha decidido reemplazar los cigarros por productos alternativos de consumo de tabaco y nicotina.
La iniciativa ha sido calificada como “controvertida” por diversos especialistas dado que incluye la prohibición gradual y luego absoluta del comercio de cigarros: por mandato de ley, toda persona nacida a partir de 2008 jamás podrá comprar un cigarro dentro del territorio neozelandés.
Esta medida radical enfrenta un problema clave, y así lo han admitido las propias autoridades neozelandesas; la prohibición total de un producto tiende a crear un mercado negro donde sus consumidores igual lo podrán obtener, siempre a precios más altos y siempre con mayor riesgo.
Sin embargo, la prohibición de la compra de cigarros, cuyo objetivo principal es la reducción de su consumo en la población de origen maorí, viene aparejada de otras medidas. Entre ellas destaca la promoción de la utilización de los productos alternativos de consumo de tabaco y nicotina, popularmente conocidos como vapeadores, cigarros electrónicos y calentadores de tabaco.
Estos productos, según los responsables de salud en el país oceánico, no están libres de riesgos y así se anuncian. No obstante, las autoridades los prefieren al cigarro tradicional, dado que éste es mucho más dañino que las otras opciones en la mesa.
Nueva Zelanda es, en este sentido, un país único, dado que su política pública utiliza productos alternativos al consumo de cigarro como un apoyo para los fumadores adultos que aún no dejan el cigarro. Durante años Nueva Zelanda ha intentado reducir la incidencia de consumo de cigarros en su territorio, y ha impulsado otras medidas como una des tasas de impuesto más altas sobre las cajetillas de cigarro, las cuales cuestan alrededor de 400 pesos mexicanos. La doctora Ayesha Verrall, subsecretaria de Salud de Nueva Zelanda, dijo recientemente que “un aumento en los impuestos no ayudará a que la gente deje de fumar y sólo castigará a los fumadores que quieren dejar el hábito”.
Por eso, comentó Verrall, es que el gobierno ha buscado otras opciones. “Queremos que los jóvenes nunca empiecen a fumar”, comentó en declaraciones recientes.
La ley, que tentativamente entraría en vigor el próximo año, es parte de un proyecto de política pública a largo plazo del gobierno neozelandés. Esto incluye la prohibición de la venta de cigarros y la promoción de alternativas de consumo de nicotina y tabaco como estrategia para convertirse en el primer país a nivel mundial en declararse libre de humo.
En México, por su parte, se han discutido durante las últimas semanas diversas propuestas tanto en Cámara de Diputados y de Senadores que buscan regular los productos alternativos al cigarro. Recientemente Movimiento Ciudadano, en Diputados, así como el Partido Verde y Morena en Senadores, han planteado la posibilidad de legislar para que estos productos tengan un marco regulatorio que los aleje de los menores de edad. Bajo la legislación actual ninguno de ellos se encuentra regulado y aun así se estima que más de dos millones de mexicanos los utilizan.