Madrid. Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestra que podrían evitarse cerca de 7 millones de muertes de aquí a 2030 si los países de ingresos bajos y medios-bajos hicieran una inversión adicional de menos de un euro por persona al año en la prevención y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles (ENT).

Las ENT, que incluyen los padecimientos cardiacos, la diabetes, el cáncer o las patología respiratorias, causan siete de cada 10 muertes en el mundo; sin embargo, a menudo se subestima el impacto en los países de renta baja, a pesar de que 85 por ciento de las pérdidas prematuras de vidas (las que suceden entre los 30 y 69 años de edad) por ENT se producen en dichos países, lo que las convierte en una enorme carga sanitaria y socioeconómica.

El organismo internacional apunta que “la gran mayoría de esos decesos pueden prevenirse” con medidas para reducir el consumo de tabaco y el uso nocivo del alcohol, mejorar la dieta, aumentar la actividad física, disminuir los riesgos de enfermedades cardiovasculares y diabetes, y prevenir el cáncer de cuello uterino. “Mantener la salud de las personas abarata los costos de los sistemas de salud, aumenta la productividad y conduce a una vida más larga y saludable”, justificó la OMS.

Plan de varias acciones en países de bajos ingresos

“Con las inversiones estratégicas adecuadas, los países que soportan una parte importante de la carga de las ENT pueden modificar su trayectoria de enfermedad y obtener importantes beneficios sanitarios y económicos para sus ciudadanos. Destinar fondos a estas políticas basadas en la evidencia es una inversión en un futuro saludable”, destacó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Asimismo, el informe subrayó la urgencia de capitalizar programas de prevención y gestión de los padecimientos no contagiosos, dado que la pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto cómo muchas de estas enfermedades pueden empeorar los resultados de la misma.

Las acciones recomendadas por la OMS incluyen el aumento de los impuestos en salud, las restricciones a la comercialización y venta de productos nocivos, la información y la educación, y la vacunación. También involucran acciones relacionadas con el control de los factores de riesgo metabólico, como la hipertensión y la diabetes, para prevenir patologías más severas y mortales.

“Todas las intervenciones son relativamente baratas y podrían ayudar a evitar gran parte del elevado costo del tratamiento en el futuro”, añadió el organismo sanitario de la Organización de Naciones Unidas.

El informe también indica que, aunque cada una de las intervenciones puede aplicarse por separado, los efectos “son mayores y producen un mayor rendimiento de la inversión cuando se introducen juntas.

“Dado que los grupos marginados suelen estar más expuestos al impacto físico y económico de las enfermedades, las intervenciones también pueden contribuir a reducir las desigualdades sanitarias y económicas”, agregaron.