Este fin de semana, Leonel Manzano, Carmen Sánchez y los compañeros de la sección 22 de la CNTE me invitaron a presentar el libro de Mauro Jarquín La pedagogía del capital: Empresarios, nueva derecha y reforma educativa en México, en el que muestra cómo las reformas “educativas” del PRI-PAN-PRD-etcétera del Pacto por México, de Enrique Peña Nieto (muchas de ellas aún vigentes), fueron, como escribió en esos años Luis Hernández Navarro, “un menú empresarial a la carta”.
En la presentación, el mismo Hernández Navarro exhibe al principal vocero y gestor de esos intereses empresariales contrarios al modelo educativo surgido de la Revolución Mexicana y defendido por los profesores y las comunidades: Claudio X. González Guajardo. Pero no sólo él: lo que parecerían acciones aisladas de algunos grupos de presión, algunas ONG, voceros de las cámaras empresariales, directivos e investigadores del Tecnológico de Monterrey, el ITAM, el CIDE, se nos presenta como una ofensiva bien montada, bien armada y bien organizada, apenas disimulada bajo una infinidad de siglas y acrónimos.
Mauro Jarquín cuenta qué buscan las organizaciones empresariales y qué se esconde bajo términos como “calidad educativa”, “competencia”, “capital humano”, “rendición de cuentas”, “evaluación”. Las propuestas de Mexicanos Primero (grupo de presión de Claudio X. González, buque insignia de la selva de grupos de negociación y chantaje) están directamente ligadas con algo que él llama “Movimiento de reforma educativa global”, que está “estrechamente asociado con las transformaciones político-económicas” neoliberales. Dicho “movimiento” ha sido abiertamente impulsado por entes como el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económicos (OCDE).
La brutal ofensiva contra la educación y los maestros, que ya venía de atrás, fue una de las constantes del gobierno de Peña. No es casual que los dos actos más atroces de su sexenio hayan sido perpetrados contra normalistas rurales y contra maestros en resistencia. Datos compilados por Hugo Aboites muestran que ante el arribo de la evaluación punitiva, más de 200 mil maestros se jubilaron anticipadamente.
Cuando decimos que esta brutal ofensiva viene de afuera y que Claudio X., sus socios y empleados traducen para México los dictados del BM y la OCDE no contamos cuentos: en la tercera parte del libro, Jarquín hace una radiografía de los grupos de presión y ONG surgidos en este siglo, y mediante los nombres, siguiendo el dinero, demuestra fehacientemente esa relación y rastrea de dónde vienen las “ideas” que se han ido imponiendo en México, particularmente por el gobierno de Peña, pero también por los anteriores, hasta Salinas de Gortari. Los nombres de los operadores (los empleados de alto rango) se entrecruzan. Aparecen reiteradamente los mismos personajes del CIDE y el ITAM con doctorados en Harvard o Chicago. Detrás de esas figuras intercambiables aparecen siempre los grandes empresarios, los 10 multimillonarios cuyos nombres todos conocemos, también grandes empresas trasnacionales con fuertes intereses en México, como Iberdrola (casualmente), Kellogg (a propósito de la batalla por el etiquetado la búsqueda de exclusión de productos chatarra de las escuelas), Google… y organismos como la USAID (la agencia estadunidense “para el desarrollo internacional”).
¿Creen ustedes que toda esta presión para imponer ese modelo es altruista, como dicen Claudio X. y sus empleados?, ¿creen que su vocerío en defensa de la “calidad” y de la “rendición de cuentas” se debe a su “preocupación por los niños”, como reiteran? En lo absoluto: tanto la presentación de Hernández Navarro como el texto de Jarquín nos abren un montón de rutas para seguir la pista del dinero, de los jugosísimos negocios hechos a la sombra de la gradual y silenciosa privatización de la educación: como dijo un alto gerente del Tecnológico de Monterrey con motivo de la firma de un muy lucrativo contrato con el gobierno en 2016, “En el fondo se trata de que instituciones privadas como el Tec tengan un rol cada vez más importante en la educación en México”.
Mencioné el CIDE, institución de educación superior pública, hoy en el centro de un debate muy importante. El libro muestra que muchas de las traducciones al mexicano de ese movimiento internacional, se elaboraron en el CIDE. Muchos de los altos empleados de Claudio X. y sus socios son egresados del CIDE o simultáneamente académicos del CIDE… y todos esos think tanks (como los llama Jarquín) están hoy en campaña en defensa no del CIDE (que no está en riesgo, tampoco la pluralidad que aún mantiene) sino de los grupos de poder que tenían copada su dirección.
El otro gran centro generador de traducciones y traductores, el ITAM, en junio 2018 abandonó cualquier apariencia de pluralidad académica, cuando su junta de gobierno aprobó una reforma al estatuto general que, contra su anterior tradición de premiar y consentir a los altos funcionarios del neoliberalismo, ahora cierra la puerta a cualquiera que trabaje en el actual gobierno: https://bit.ly/3yll2Pv.
Twitter: @HistoriaPedro