La filósofa española María Zambrano (1904-1991) es objeto de un homenaje del artista segoviano Luis Moro (1969) con motivo de su 30 aniversario luctuoso. La carpeta Memoria comprende cuatro poemas de la intelectual nacida en Vélez-Málaga, cuatro gráficas de Moro y un texto introductorio de la periodista y escritora Elena Poniatowska.
En su escrito, la autora resalta que Zambrano fue la primera mujer en recibir el Premio Cervantes en 1988 –Poniatowska lo obtuvo en 2013–. Además, “los mexicanos la consideramos nuestra, porque debido a la guerra civil española vivió en México y enseñó en la Universidad Nicolaíta, en Morelia, Michoacán. Honró a México con su amor y talento excepcional”.
Continúa: “Simone Weil, la filósofa francesa, escribió que echar raíces es quizá la necesidad más apremiante del alma humana. En María Zambrano el destierro resultó una herida sin cura, aunque supo exiliarse de todo menos de su escritura”.
Moro ya había trabajado con Poniatowska La leona, una carpeta desplegable con tres litografías hechas en piedra que acompañan cada parte del poema de la escritora, incluido en el libro Rondas de la niña mala (Ediciones Era, 2008), ilustrado por Leonora Carrington y Pablo Weisz Carrington.
En la presentación de Memoria, realizada en el Ateneo Español de México, Moro, quien reside aquí, se refirió a su vínculo con Zambrano, ya que la filósofa vivió de los cuatro a los 20 años en Segovia, edad “fundamental” en la que uno se forma intelectualmente. Luego, “después de vivir 40 años fuera de Segovia, Zambrano escribió de memoria todos los paseos que yo había hecho de pequeño, al ir pintando con mi caballete desde los nueve años”.
Para Moro, María Zambrano es una mujer que tiende puentes: “No sólo es filósofa, sino que tiene un vínculo con la poesía –su padre fue muy amigo de Antonio Machado–, la pintura y México.
“Con eso me siento identificado, porque mi trabajo siempre gira en torno a esos puentes, por ejemplo, entre la botánica y el arte o el mundo animal. Me considero un pintor-poeta, porque el arte debe tener poesía”.
Otra “coincidencia” entre la vida de Luis Moro y la de la homenajeada, sería que la primera parada del artista en México fue en Morelia, ya que fue invitado en 2009 a exponer con el título Paraísos elementales, en el Palacio Clavijero. Después se le propuso hacer una serie sobre la mariposa monarca.