En los pasados dos años, la manera en que vimos películas cambió. A raíz de la pandemia, el empleo de servicios de streaming creció, mientras la asistencia a las salas ha sido fluctuante. Los espacios dedicados a la gran pantalla tuvieron que cerrar para luego abrir con aforo reducido, además de todavía enfrentarse al miedo de contagio que implica cualquier actividad fuera de casa. Ahora, comienzan a recibir visitantes en un número más cercano a antes del Covid-19.
El semáforo epidemiológico ha permitido que cada vez más actividades sean retomadas. A mediados de este año, los boletos de cine vendidos ya superaban en 50 por ciento al total de las entradas de antes de marzo de 2020. Sin embargo, Tábata Vilar, directora de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), considera que “sigue siendo un número que no nos gusta, es lenta, pero es una recuperación”, afirmó en entrevista.
La vuelta a salas tradicionales de los grandes blockbusters hollywoodenses, como Rápidos y Furiosos 9, y el estreno mañana de Spider-Man: No Way Home dan esperanza a la industria de recuperar un nivel de ventas parecido al de hace dos años. Tras un año en que las principales productoras estadunidenses apostaron por estrenar sus producciones más grandes a través de sus plataformas, Vilar señaló que el cine tradicional ha vuelto a ser prioritario. Luego de superar lo que llamó “una maniobra caníbal”, ahora se han logrado compromisos de exclusividad, como con las cintas Shang-Chi y Encanto, de Disney.
Sin embargo, el tiempo de proyección exclusivo de las salas también ha tenido que reducirse. “La inmediatez de nuestra sociedad es algo inevitable, y los 90 días ya se antojaban muchos. Entonces, ya había esta presión para disminuir la ventana, pero lo más importante es que la exclusividad del contenido sigue siendo algo para los cines”, explicó Vilar.
También destacó que las grandes productoras seguirán creando contenidos para sus plataformas, como hacían en formatos de devedé o la televisión de paga, aunque se respetará la ventana de las películas estelares, pues la relación entre salas y productoras es “vital para la subsistencia del cine”.
Producción y seguridad en salas
Luego de ya varios meses de protocolos sanitarios, la industria ha logrado encontrar maneras de seguir produciendo cine y hacer que la experiencia en las salas sea segura. Tábata Vilar sostuvo que “algo que han dicho mucho las autoridades de la Organización Mundial de la Salud es que ya no estamos en una pandemia, sino en una endemia, y qué quiere decir, pues que ya no nos podemos esconder, guardar”.
Aunque la exhibición en salas está en franca recuperación, la directora de Canacine considera que la industria no podría aguantar otro cierre de actividades. “Sí sería terrible porque fue una pérdida de casi 80 por ciento el año pasado, una de casi 70 este año respecto de lo que se vendía antes de la pandemia, y la infraestructura es enorme, tienes que pagar rentas, salarios, etcétera, y las debes mantener sin el ingreso, y ya son dos años”, precisó.
Anunció que en 2022 se lanzará un proyecto para incentivar la creación de otras narrativas en México. Mientras que de manera normal el cine nacional se encuentra en extremos que van del drama más crudo al humor más simple, “y en medio hay poco. Buscamos hacer una incubadora de proyectos que pretenda estar en medio, donde sea una historia que los personajes tengan una curva dramática, les pasen cosas que los lleven a ser mejores, que sean películas feeling good movies, que al salir de verlas sientas enaltecimiento”, indicó Vilar.
La idea de la iniciativa es la creación de guiones y proyectos que cuenten con tiempo y recursos económicos para su desarrollo. “Invertir recursos para que puedan tener tiempo de desarrollar, es decir, que un escritor pueda dedicarse de forma exclusiva a escribir y no a conducir el taxi, a trabajar en no sé donde y cuando pueda escriba. Metamos dinero, tiempo y claridad de objetivos”.
Este año, Canacine otorgó reconocimientos a Memo Villegas, por su participación en El mesero, y a Renata Vaca, por Clases de historia, como promesas masculina y femenina, respectivamente; Aarón Aguilar, por Chilangolandia, ganó la categoría de mejor actor; Mercedes Hernández recibió el premio a mejor actriz por Sin señas particulares, que se llevó el galardón a mejor película. El reconocimiento a mejor directora fue para Tatiana Huezo, por Noche de fuego.