“Hasta 25 por ciento del producto interno bruto de México está basado en el trabajo no remunerado de las mujeres”, aseguró María Noel Vaeza, directora regional para América Latina y el Caribe de ONU Mujeres.
A nivel mundial, el tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que realizan las mujeres es 2.6 veces mayor al que dedican los hombres, mientras que en México, las mujeres dedican en promedio 50.2 horas a la semana contra 19.4 horas semanales que dedican los hombres.
En el panel “El derecho al cuidado”, destacó que la pandemia por Covid-19 no sólo “puso en evidencia que los cuidados existen”, sino también que la mayoría de las tareas domésticas y de protección de la familia las realizan las mujeres, “y no podemos seguir haciéndolo de manera gratuita”.
En un videomensaje, Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, consideró que “sin el cuidado no podemos tener una vida productiva ni digna”, por lo que los cuidados deben reconocerse como un “derecho humano”, lo cual implica invertir en servicios públicos de calidad y en proteger los derechos de las personas que cuidan. En tal sentido, reconoció a la Alianza Global por los Cuidados una iniciativa que nació en marzo pasado durante el encuentro internacional Generación Igualdad, realizado en México.
Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), expuso que en México ya se realiza “trabajo legislativo” para generar una “ley general del sistema nacional de cuidados” y añadió que junto con Argentina “hemos trabajado para poner el tema en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“Se promovió una declaración para que se reconozcan las tareas de cuidado como un derecho humano. A esta declaración ya se unieron 50 países”.
Tras remarcar que los cuidados “son todas las actividades que se realizan para el bienestar síquico, físico y emocional de las personas, dijo que “nosotras dedicamos el triple del tiempo a las labores de cuidado y domésticas, lo que tiene un impacto en la vida de las mujeres: alrededor de 60 por ciento de ellas en hogares donde hay niñas, niños y adolescentes menores de 15 años no participan en el mercado de trabajo por atender esta responsabilidad”.
Debido a lo anterior, “estamos obligadas a dar pasos hacia una nueva organización de los cuidados que mitigue esta desigualdad en la distribución del trabajo doméstico y del cuidado. La propuesta es redistribuir estas labores entre el Estado, el mercado, la comunidad, las familias y entre hombres y mujeres”.