Además del incremento en el costo de los insumos, el equipamiento y el mantenimiento del hogar también han salido afectados. Según el índice nacional de precios al consumidor (INPC), el precio de los colchones subió 11.20 por ciento anual en noviembre, luego de que en julio alcanzó un alza de 16.82 por ciento, de ahí descendió a 10.6 por ciento y repuntó el mes pasado.

Los colchones ya cuestan más, debido a los materiales que son utilizados para su fabricación, como algodón orgánico, bobinas de acero, espumas de látex, de gel, de alta densidad y viscoelástica, así como fibra de algodón o de poliéster, pues las cotizaciones internacionales de este tipo de insumos tuvieron alzas.

Muchas familias que pueden aprovechar un exceso de liquidez por el fin de año podrán equipar su hogar, pues los muebles de madera, como comedores y antecomedores, subieron 7.60 por ciento y en el verano repuntaron 12.75 por ciento.

En este contexto, el incremento en el precio de la madera a niveles históricos por el auge de la construcción y la remodelación han provocado que los precios de las recámaras subieran 10.93 por ciento en noviembre, y salas, 10.27; mientras los accesorios domésticos, 12.9, y las cortinas 11.14 por ciento.

El entorno cambiante que ha generado la pandemia y las presiones en los costos han provocado precios más elevados, lo que implica presiones sobre la inflación y no lo están haciendo de manera sincronizada, alertó el Banco de México (BdeM).

En el análisis Revisiones de precios durante la pandemia de Covid-19, el banco central detalló que las presiones inflacionarias en México este año han sido reflejo de una revisión más frecuente de precios a bienes y servicios respecto de antes del coronavirus. “Ésta ha impactado en la inflación global y en el país”, recalcó.