Ciudad de México. A la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) le preocupa el ‘triunfalismo’ de crecimiento económico de 2021 en la región, pues no será un crecimiento genuino, pues para el 2022 se avecina una fuerte desaceleración, advirtió Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de dicho organismo; mientras insistió en que los gobiernos latinoamericanos deben apostar por la ciencia, la innovación y la tecnología para apuntalar la recuperación económica tras la pandemia por coronavirus.
Durante la inauguración de la "Tercera Reunión de la Conferencia de Ciencia, Innovación y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones", organizada por la Cepal y el gobierno de Argentina, que se realizó de forma híbrida, Bárcena aseveró que el crecimiento económico de este año, en promedio para la región de 6.0 por ciento, no está sustentado en la ciencia, la tecnología e innovación, ni mucho menos en una mayor productividad.
“A la Cepal le preocupa el triunfalismo de 2021. Los países dicen: vamos a crecer como nunca; sí, en promedio la región va a crecer alrededor de 6.0 por ciento, pero el próximo año nos dirigimos hacia una desaceleración tremenda, que nos va a llevar al 2.0 por ciento de crecimiento otra vez.
“La gran paradoja es que no es crecimiento genuino. No es un crecimiento basado en ciencia, tecnología y en mayor productividad. Es por ahí que tenemos que cambiar el modelo de desarrollo en América Latina, de un modelo extractivista a uno de producción sostenible, en donde sobre todo se aborde la redistribución del conocimiento”, recomendó la secretaria ejecutiva de la Cepal.
Reconoció que la estructura productiva de los países de Latinoamérica no demanda ciencia y tecnología, pero se tiene que crear ese círculo virtuoso, por lo que ciencia, tecnología e innovación es una gran oportunidad de operar este cambio estructural que ha sido tan esquivo en la región y que se debe avanzar hacia allá.
Razones del cambio estructural
La concentración de la tecnología y el conocimiento hoy día está en manos de muy pocas empresas, y en este caso es lamentable.
Asimismo, la ciencia, la innovación y la tecnología van a ser importantes para una recuperación transformadora que tenga en el centro la igualdad y la sostenibilidad ambiental porque la pandemia ha evidenciado grandes asimetrías entre el mundo desarrollado y en vías de desarrollo, se ha manifestado en el acceso de las vacunas, pero también en la concentración de la riqueza, ingreso, en la economía digital y responsabilidad climática.
En dos años nos hemos enfrentado a un gran déficit de solidaridad internacional y existe el riesgo de que se agudicen más estas asimetrías globales, aseveró Bércena.
Por su parte, Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, dijo que no hay proceso productivo de desarrollo sostenido si no se incorpora la innovación de la ciencia y la tecnología.
“En el G-20 se concentró el 85 por ciento de las vacunas por coronavirus. Quienes manejaron la ciencia y la tecnología tuvieron el derecho de decidir la vida y la muerte de los habitantes del planeta, eso es un bumerán porque marca una desigualdad producida por el conocimiento entre los países”, destacó Filmus.