Ciudad de México. La última carrera, la última vuelta, el primer campeonato, ese fue el camino del holandés Max Verstappen de Red Bull que lo coronó campeón de la Fórmula Uno. Una victoria que parecía saltar de alguna épica deportiva, donde todo parece perdido y se resuelve en una inesperada vuelta de tuerca. El británico de Mercedes Lewis Hamilton se enfilaba hacia su octavo cetro como piloto, pero apareció el mexicano Sergio Pérez, quien en una exhibición de disciplina gregaria defendió y aportó su maña –el bloqueo y un frenazo sirvieron– para que su compañero llegara líder a la meta del Gran Premio de Abu Dabi, cierre del serial.
Visto así, no fue un duelo entre dos hombres solitarios encapsulados en sus máquinas endiabladas. Fue, sobre todo, una guerra cerebral y de artificio, en la cual el británico no luchó sólo contra su némesis Verstappen. Fue Hamilton contra Red Bull, contra todo un equipo y dos pilotos coordinados en una ofensiva coreográfica, donde el mexicano cumplió el papel del héroe sacrificado que propició la victoria del holandés. Tras llevar su auto al límite en bloqueos, Checo incluso tuvo que abandonar en las vueltas finales para evitar que un incidente con su auto complicara la carrera de su compañero.
Se anticipaba como la madre de todas las carreras, y lo fue. Verstappen y Hamilton llegaron empatados y cada uno enfrentaba una cita con la historia. El holandés podía conquistar su primera corona en la Gran Circo, y el británico, ya una leyenda, conseguiría su octava copa para dejar atrás a otro mítico, el alemán Michael Schumacher.
El fiel de la balanza fue el trabajo disciplinado e inteligente de todo el equipo de Red Bull para lograr el título.
Verstappen, quien arrancó en el sitio privilegiado, perdió el liderato en la primera vuelta. Hamilton lo rebasó en un movimiento que dejó atónito al público y mantuvo la punta casi toda la carrera.
Checo Pérez le peleó la vanguardia e incluso se la apropió durante algunos giros. Se mostró agresivo ante Hamilton para complicarle la estrategia y privilegiar la recuperación del holandés. Pero el británico de Mercedes se mantuvo incontenible y marchaba imparable rumbo al campeonato.
Giro inesperado
A cinco vueltas del final, un acci-dente de Nicholas Latifi de la escudería Williams obligó a reordenar la competencia y ocurrió un giro violento en el guion.
Los Red Bull decidieron cambiar neumáticos y optaron por correr el tramo final con ruedas suaves sobre el circuito de Yas Marina, mientras el británico se aferró a las gomas rígidas para no perder terreno.
En la última vuelta, Verstappen eligió el camino de la leyenda, de la sorpresa que será recordada en los relatos deportivos de las próximas décadas. Superó a Hamilton, quien maldijo con palabras que también podrán evocarse como la expresión más clara de la ira ante una victoria ya tocada que se escurre en el instante final. Hay nuevo campeón de la Fórmula Uno y ha sido un gran espectáculo.
“Ha sido increíble”, dijo Vers-tappen aún sin digerirlo; “toda la carrera he luchado para ser campeón y conseguirlo en la última vuelta ha sido de locos. Tengo un tirón en la pierna de la presión”.
“Es de locos”, repitió el holandés eufórico; “mi objetivo era convertirme en campeón de la Fórmula Uno; al llegar esperas subir al podio y ganar carreras, pero cuando escuchas tu himno y te dicen que eres el mejor del mundo, es increíble.
“Lewis es un piloto asombroso, un gran competidor, nos lo ha puesto muy difícil”, admitió Verstappen; “a todo el mundo le ha gustado cómo hemos luchado los dos equipos, es parte del deporte y de la emoción. Podía haber caído de cualquier lado. El año que viene lo intentaremos de nuevo”.
Sergio Pérez, a pesar de abandonar la carrera en Abu Dabi, tuvo una temporada de ensueño en la que terminó en el cuarto lugar. Fue su primera campaña con Red Bull y no sólo consiguió subir al podio en cinco ocasiones, incluido el tercer puesto en el Gran Premio de la Ciudad de México, también ganó su primera carrera en Fórmula Uno en Azerbayán.
“Mi equipo sabe que le quiero y espero hacer esto durante 10 o 15 años juntos, no hay razón para cambiar”, dijo Checo; “quiero quedarme con ellos el resto de mi vida. Espero que me dejen. ¡Estoy tan contento! Christian (Horner) y Helmut (Marko) han confiado en mí desde 2016. Nuestro objetivo era ganar el Mundial y lo hemos hecho.”
Aunque Mercedes hizo un par de reclamaciones por cómo se desarrolló el final de la carrera, los comisarios las desestimaron. Consideraron que no hubo violación al reglamento.
Hamilton reconoció al nuevo campeón: “Ha sido la temporada más difícil. Estoy muy orgulloso de ellos, agradecido de competir con ellos. Lo dejé absolutamente todo, nunca nos rendimos y eso es lo más importante.”
Aun cuando no logró el título de pilotos, Mercedes sí alzó por octava vez consecutiva el campeonato de constructores.
Con información de Afp y Europa Press
Max Verstappen de Red Bull conquistó su primer Campeonato MundialFórmula Uno con una dramática victoria sobre Lewis Hamilton en la vuelta final en Abu Dhabi, en un contencioso clímax a su duelo de toda la temporada. Infografía Graphic News.