Tuxtla Gutiérrez, Chis. Debido a la falta de capacidad para su refrigeración, varios de los cuerpos de los 55 migrantes muertos en el accidente ocurrido el jueves en la autopista Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez fueron trasladados a municipios de la costa, informó Luis García Moreno, secretario de Protección Civil estatal.
“Desde el mismo día en que fueron levantados, algunos cadáveres fueron trasladados a otros municipios porque en Tuxtla Gutiérrez no hay capacidad para tantos cuerpos a la vez”, dijo.
Otras fuentes aseguraron que los cuerpos fueron llevados a Pijijiapan y Tonalá, ubicados en la costa del estado, ya que la morgue de la capital sólo tiene capacidad para 14.
García Moreno agregó que 20 de los 106 extranjeros que resultaron lesionados fueron dados de alta este sábado de diferentes hospitales y el Instituto Nacional de Migración (INM) los llevó a un hotel, cuyo nombre y ubicación dijo ignorar. De los 20 pacientes dados de alta, 17 son de Guatemala y tres de República Dominicana.
Expresó que el INM está coordinando la repatriación de los cuerpos con la Secretaría de Relaciones Exteriores y los consulados de los países de origen de las víctimas.
En cuanto a los lesionados, comentó que todavía quedan varios reportados graves, sobre todo en el hospital Dr. Gilberto Gómez Maza.
En entrevista, indicó que familiares de algunos de los migrantes fallecidos han comenzado a llegar, algunos de Estados Unidos, para reconocerlos.
Una fuente diplomática aseguró que de acuerdo con la información que las autoridades mexicanas han proporcionado a los consulados, 37 de los 55 muertos no han sido identificados y que dos lesionados están “muy graves”.
Trabajadores de una funeraria de Tuxtla Gutiérrez dijeron que las autoridades les han informado que los cadáveres podrían ser “liberados” el lunes o martes de la próxima semana.
Altar, velas y rezos
La profusa difusión de la noticia sobre la tragedia ha ocasionado que muchas personas que transitan por la autopista detengan sus vehículos para observar el sitio del percance.
Hasta el mediodía de ayer se había colocado una especie de altar con más de 100 veladoras, flores, botellas de agua, galletas, jugos, refrescos, manzanas y otras cosas, así como una cruz con un rosario.
Sobre la pared de la vulcanizadora El Pocito, junto a la cual quedaron tirados los migrantes, alguien dejó una cartulina con la siguiente leyenda: “La migración no es un placer, sino una necesidad. Chiapas de luto. Pedimos investigar. No más muertes. Solución”.
Entre las muchas personas que han acudido al lugar se encuentra Deysi Sánchez, de la colonia Las Granjas, de Tuxtla Gutiérrez, quien llevó un ramo de flores y una veladora. “Duele mucho; no hay palabras para ese dolor. No son nuestros familiares, pero son hermanos de sangre y todos tenemos la necesidad de migrar para que nuestros hijos tengan una vida mejor”, dijo sollozando.
“Siento mucha tristeza. Me duele que los gobernantes no hagan nada por su gente. El coraje es más porque vemos que estamos cerca de un retén de la policía y no vieron a los migrantes. Si vamos con carro pequeño polarizado nos revisan hasta debajo de los asientos. Todo se hubiera evitado, pero la desgracia y el dolor ya están”, añadió, al tiempo de comentar que una tía suya está casada con un hondureño.
Pedro Ruiz, propietario de la vulcanizadora, contó que al momento del accidente había subido a cambiar una llanta a la parte alta de El Refugio y cuando bajó se encontró con los muertos y heridos regados junto a la pared de su casa.
“En ese momento metí mi llave, cerré la puerta y ayudé a la gente, les pasé agua para limpiarles la cara porque tenían sangre y polvo en los ojos. En la calle los tuvimos que atender antes de que llegaran los cuerpos de socorro. La gente apoyó y ayudó a sacarlos. Fue algo muy triste.”
Continuó: “Los migrantes no me decían nada, todos estaban asustados; puro grito y dolor había y pedían auxilio. Mi vecino Efraín llamó al número de emergencias 911 para que vinieran las ambulancias. La colonia está de luto, baja la gente y pone velas; desde el viernes comenzó el novenario de rezos. Aunque son de otros países, son seres humanos”.
Aseguró que Efraín “vio cuando salió caminando el chofer del camión accidentado; iba con otra persona. No entraron a la colonia, sino que caminaron sobre la orilla de la carretera, pero nadie los detuvo porque pensaron que a lo mejor traían armas”.
A diferencia del viernes, en las instalaciones de la Cruz Roja no se permitió el acceso de reporteros para hablar con los lesionados, como tampoco en los demás hospitales en los que están internados los extranjeros.