Buenos Aires. Ante una multitud emocionada que ocupaba la histórica Plaza de Mayo y las avenidas y calles adyacentes se recordó ayer aquí el Día Internacional de los Derechos Humanos y de la Democracia, además de celebrarse el 38 aniversario del restablecimiento del orden democrático en 1983. El acto fue convocado por el gobierno del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, con la presencia de los ex presidentes de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y de Uruguay, José Pepe Mujica. Se escucharon mensajes fuertes, esperanzadores y simbólicos para convocar a la unidad local y la de los pueblos latinoamericanos.
Toda la liturgia de un peronismo en plan de lucha, decidido a fortalecer el sistema democrático que impulsaron los gobiernos populares (que estaban presentes en este día) que a principios del siglo XXI lograron la integración con características emancipatorias al conformar la Comunidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas (Celac) en noviembre de 2011.
La multitud expresó su apoyo al gobierno y a los visitantes, mientras se establecía un curioso intercambio entre la vicepresidenta y el mandatario ante las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en 2018 entregó 44 mil millones de dólares al gobierno derechista de Mauricio Macri. Las nuevas autoridades tuvieron que reconocer públicamente que este préstamo violó leyes argentinas, por lo que ante la derrota de la coalición de derecha en 2019, el macrismo dejó al país en cesación de pagos.
Fernández aseguró que en las negociaciones con el FMI para refinanciar la deuda que contrajo la gestión de Cambiemos no se negociará nada que signifique poner en riesgo el crecimiento y el desarrollo social del país. Recordó lo que el organismo internacional ha hecho para presionar a gobiernos y pueblos, y presentó una propuesta para que el FMI ayude al gobierno argentino a recuperar el dinero fugado del país y depositado en paraísos fiscales durante la administración de Macri.
Solicitó que cada dólar que se encuentre en el exterior producto de esa fuga de capitales se lo lleve el FMI para pagar la deuda y que eso sea un punto de negociación en el acuerdo que se firmaría a corto plazo.
Presidente, yo sé que tenemos muchas dificultades, pero siempre digo que ante las grandes adversidades, grandes acciones. Digámosle al fondo que nos ayude, expresó Fernández de Kirchner, quien demandó que los partidos políticos con representación parlamentaria adviertan al organismo que no aprobarán ningún acuerdo que no considere la recuperación de la economía.
Le recordó al mandatario cómo el FMI soltó la mano a presidentes argentinos elegidos democráticamente como Raul Alfonsín (1983-1989), poniendo en crisis la institucionalidad de Argentina, a lo que Alberto Fernández respondió que si el FMI le hacía lo mismo, voy a tomar las manos de cada uno de ustedes, de cada argentino y de cada argentina ante la cada vez más entusiasta multitud.
El mandatario se refirió al peligro del retorno de las ultraderechas, con el nombre de libertarios, con la intención de confundir a la sociedad. Agregó que democracia es también no olvidar a los genocidas y a los que nos endeudaron.
Recordó que por esta democracia que hoy vivimos hubo miles de argentinos que entregaron sus vidas, que fueron desaparecidos, sometidos a la tortura, al exilio y que sufrieron prisiones injustas, y pidió que en reivindicación a todos ellos cuidemos la democracia.
Fernández de Kirchner señaló que ante las grandes dificultades que se enfrentan hay que responder con grandes acciones, y pidió convocar a un gran acuerdo nacional argentino para resolver el problema estructural que tiene el país por una concepción económica bimonetaria. Señaló que el FMI puso 57 mil millones de dólares para ganar las elecciones y no pudieron torcer la voluntad del pueblo. Las políticas de ajuste siempre colapsan. El FMI vivió condicionando a la democracia argentina.
Tras una ceremonia en que se entregaron distinciones a las organizaciones Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Pepe Mujica exhortó a la multitud a defender la democracia, que no es perfecta, porque nosotros no somos perfectos. Cuídenla y no la estropeen.
Lula recordó que tuvo la felicidad de gobernar Brasil en el periodo en que Néstor Kirchner gobernó Argentina (2003-2007 ) y luego Cristina de Kirchner (2007-2015), además del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales quienes hicieron posible un momento único en América Latina.