Londres. Una corte de apelaciones británica abrió la puerta ayer a la extradición de Julian Assange a Estados Unidos al anular el fallo de un tribunal inferior que argumentó que el frágil estado de salud mental del fundador de Wikileaks no soportaría el sistema judicial estadunidense.
El caso vuelve ahora al Tribunal de Westminster para ser remitido a la ministra británica del Interior del gobierno de Boris Johnson, Priti Patel, quien tiene potestad para ordenar la extradición.
El Tribunal Superior de Justicia determinó que las garantías estadunidenses son suficientes para asegurar que Assange recibirá un trato humanitario y ordenó a una jueza de primera instancia que enviase el pedido de extradición a la Secretaría de Interior para su revisión. El departamento, que supervisa la aplicación de la ley en Gran Bretaña, tendrá la decisión final sobre el traslado.
“No hay ningún motivo por el que este tribunal no deba aceptar las garantías que dicen que tendrá”, señaló el fallo de la corte. “No hay base alguna para suponer que Estados Unidos no ha dado las garantías de buena fe”.
Desde que Wikileaks comenzó a publicar documentos secretos hace más de una década, Assange se ha vuelto un objeto de críticas y veneración. Algunos lo ven como revelador de secretos que puso en peligro las vidas de informantes y otros que ayudaron a Estados Unidos en zonas de guerra. Otros dicen que Wikileaks ha arrojado luz sobre actividades ilícitas oficiales que los gobiernos querían mantener en secreto.
Washington ha pedido a Gran Bretaña que extradite a Assange para que sea enjuiciado por 17 cargos de espionaje y uno de mal uso de computadoras en relación con la publicación por Wikileaks de miles de documentos militares y diplomáticos filtrados.
La prometida de Assange y madre de sus dos hijos, Stella Moris, calificó la decisión de “grave error judicial” y dijo que sus abogados presentarán un recurso “a la mayor brevedad posible”.