La presencia de México como país invitado de honor de la Feria Internacional del Libro de la Habana 2022 (FILH) “se basa en las sólidas relaciones culturales de nuestros pueblos, especialmente en el campo intelectual y de la literatura, tanto de la contemporánea como la clásica”, explica Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro.
El funcionario se encuentra en el país para afinar detalles con autoridades de la Secretaría de Cultura (SC) federal, el Fondo de Cultura Económica (FCE) y otras editoriales acerca del “gran encuentro entre la literatura mexicana y los lectores cubanos”, que ocurrirá del 10 al 20 de febrero del próximo año.
Se trata, añade en entrevista con La Jornada, de la primera actividad realmente masiva que tendrá lugar en la isla luego de casi dos años de aislamiento debido a la pandemia de coronavirus.
En 2019, ese encuentro, considerado el acontecimiento más significativo del movimiento editorial cubano, rompió su propio récord al recibir a más de 124 mil personas en un solo día en su sede permanente, la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en La Habana.
“México es el primer país que por segunda ocasión es invitado de honor de la feria. La primera vez sucedió en 1998. Ahora, es un encuentro deseado que se da en una etapa en la que ambos gobiernos dan la batalla para liquidar esta pandemia.
“La familia cubana va a disfrutar de la oferta literaria, no sólo de los autores mexicanos, sino de todos los invitados del mundo que concurren solidariamente como una expresión de amor a nuestro pueblo”, reitera Rodríguez Cabrera.
A la FILH, detalla, suelen acudir autores y editoriales de alrededor de 45 países, así como más de 600 invitados. Se trata de una “fiesta de la cultura que no sólo se circunscribe a su momento internacional, sino que después se traslada a cada una de las 15 provincias del territorio nacional y del municipio especial Isla de la Juventud, para llevar más de 4 millones de libros de todos los escritores participantes, cubanos y extranjeros.
“Es un encuentro feliz a lo largo de Cuba, en el que los lectores pueden encontrar libros de lo más variado a precios subsidiados por el Estado, siempre por debajo de su costo real. Para las condiciones que enfrenta Cuba esto es un reto, posible gracias a que existe la voluntad estatal de asegurar las finanzas para hacerlo, en medio del bloqueo más despiadado que cualquier país en cualquier época ha vivido.
“Son más de 60 años resistiendo el bloqueo estadunidense, lo cual, para el sector, significa que las materias primas para producir libros sólo se consiguen a altos costos, y hay que tener en cuenta que los barcos que tocan puertos cubanos después no pueden llegar a Estados Unidos durante seis meses.
“Esto quiere decir que el bloqueo tiene un efecto muy duro e inhumano contra el pueblo cubano. Por eso, realizar la FILH es una meta que el Instituto Cubano del Libro, el Ministerio de Cultura de mi país y los amigos tenemos que lograr para seguir haciendo cultura y llegar a las masas, con el fin de que todos los cubanos sigan teniendo iguales oportunidades, en particular los niños y jóvenes.”
Cine, música y exposiciones
La feria comenzó a celebrarse en 1982 con un ciclo bianual. A partir del año 2000 comenzó a realizarse anualmente.
“Históricamente, nuestra sede emblemática, el fuerte de La Cabaña, recibe en promedio 70 mil visitantes por día. Nuestro récord lo tuvimos en 2019, cuando en un solo día concurrieron 124 mil personas. Sin embargo, ante la situación de la pandemia, para 2022 tomaremos medidas especiales con el propósito de evitar, en lo posible, grandes aglomeraciones.
“De tal manera, la sede no será sólo el morro, sino que la FILH se va a extender al centro histórico de la capital, en La Habana vieja, con todos sus rincones ligados a la literatura, a nuestra historia y a nuestros próceres. Nuestros mejores lugares estarán listos para recibir a la familia cubana y a nuestros invitados, entre los que tendrá un lugar preferencial México, que llegará a nuestros barrios con muchos miles de libros, una muestra de cine, música y exposiciones, además de un programa en línea con la presencia de autores que no puedan viajar a la isla.”
En total, continúa Rodríguez Cabrera, cada año asisten a los recintos feriales en Cuba más de un millón 200 mil personas, donde se venden “más de un millón de libros. Tan sólo en la última edición presencial de la feria tuvimos el récord de ventas: se adquirieron casi un millón 500 mil libros; es decir, cada asistente compró 1.2 o 1.3 libros, cifra superior a los años anteriores”.
Los lectores cubanos son apasionados de la historia, pero también de novelas, cuentos, libros de ciencia e infantiles, detalla; “por fortuna hay autores por todo el mundo que de forma solidaria nos brindan sus derechos de autor, sin ánimo de lucro, para que el pueblo cubano pueda disfrutar sus obras, porque los consorcios editoriales también son parte del bloqueo contra nuestro país.
“Por eso será importante la presencia del FCE, que llevará a autores que de otra manera no nos sería posible publicar desde el punto de vista financiero. Va a ser una gran oferta para el lector cubano”, concluye Rodríguez Cabrera.