Brasilia. El área más grande del mundo donde viven tribus aisladas, en lo profundo de la selva amazónica, está bajo creciente amenaza por la tala ilegal y la minería de oro, el avance de las plantaciones de coca y la violencia del narcotráfico, advierte un nuevo informe.
Se calcula que miles de indígenas habitan en una vasta franja de vegetación que se superpone a la frontera entre Brasil y Perú.
Sus casas comunales en los claros de la jungla han sido avistadas desde aviones, pero los encuentros con forasteros o los enfrentamientos con invasores son anecdóticos.
En el estudio más completo hasta la fecha del llamado corredor Javari-Tapiche, que se publicará hoy en Lima, una organización indígena peruana afirma que la mayor cantidad de personas aisladas del mundo está en peligro. Los antropólogos han registrado grupos que cruzan a Brasil en busca de comida, utensilios de metal y ropa.
La Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente de Perú pide una acción conjunta urgente de los gobiernos de ambos países para proteger la región, abandonar los planes de una carretera transfronteriza que une el Atlántico con el Pacífico, hacer cumplir las leyes ambientales y medidas enérgicas contra la delincuencia.
La tala ilegal es la principal amenaza, pero ha aumentado la presencia de narcotraficantes que utilizan los ríos para introducir drogas en Brasil, denunció la antropóloga Beatriz Huertas, investigadora principal del estudio.
Las plantaciones de coca están creciendo en la región adyacente de Ucayali y traen violencia y muerte, además de encender conflictos internos dentro de las comunidades indígenas vecinas, agregó.
Brasil ha protegido durante mucho tiempo el área indígena del valle de Javari, pero el gobierno del presidente Jair Bolsonaro ha debilitado a la Funai (agencia de asuntos indígenas), que ha despedido a expertos en indígenas aislados, relató la antropóloga.
La campaña de Bolsonaro por desarrollar la región amazónica ha alentado la tala ilegal y la extracción de oro en la selva tropical más grande del mundo, lo que ha provocado una grave deforestación.
“El estudio muestra la necesidad de entender el corredor como un espacio habitado por personas aisladas, donde las decisiones o presiones gubernamentales pueden tener efectos a gran escala, independientemente del lado de la frontera que habitan”, señaló Huertas.
Una amenaza emergente es la construcción de una carretera desde Cruzeiro do Sul, en Brasil, a Pucallpa, en Perú, impulsada por el gobierno brasileño como ruta para exportar soya a China desde la costa del Pacífico peruano.
El estudio de 300 páginas, respaldado por Rainforest Foundation Norway, llama a los gobiernos de la región a abandonar los planes de construcción de la carretera y pide realizar un seguimiento más detenido a los religiosos misioneros con la finalidad de prevenir la pérdida de la cultura indígena a través de su labor evangelizadora.