Una caravana de cientos de migrantes hondureños y salvadoreños llegó la madrugada del martes a la capital de Puebla, donde tras dormir y recibir alimentos continuaron su camino hacia la Ciudad de México.
Se instalaron en el zócalo, en un albergue al poniente de la ciudad y en el parque contiguo al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social. En casas de campaña y arropados con cobijas, pasaron la noche en las plazuelas y por la mañana recibieron desayunos.
Entre las personas en tránsito había familias enteras, madres con sus bebés y mujeres embarazadas, quienes aseguraron que huyen de su país por la creciente violencia y la pobreza que los azota.
Después de las 10 horas, salieron de la ciudad en vehículos de Normatividad y de la policía municipal rumbo al parque Finsa, donde esperaron a otro grupo, que en ese momento caminaba en la autopista México-Puebla.
En total suman 500 centroamericanos, quienes forman parte de la caravana libertad, dignidad y paz de la comunidad migrante, que busca llegar a Estados Unidos.
El segundo grupo detuvo el tránsito vehicular en la autopista México-Puebla por más de una hora, a la altura del municipio de Acatzingo.
Al lugar llegó la Guardia Nacional para custodiarlos en su paso por el estado, en tanto que la fila de vehículos se extendió kilómetros en dirección a la Ciudad de México.
Por otro lado, en Tamaulipas, un niño de dos años con severo cuadro de deshidratación fue auxiliado por agentes de la Patrulla Fronteriza sector Laredo, luego de ser encontrado junto a su madre y un hermanito, a orillas del río Bravo, pues cruzaron ilegalmente desde Nuevo Laredo.
El menor fue atendido por agentes técnicos en urgencias médicas y luego trasladado a un hospital local, para recibir atención médica.