El aumento del salario mínimo general (SMG) del 22 por ciento para el siguiente año no tendrá ninguna repercusión en la inflación, pero la política que se siga para seguir recuperando el poder adquisitivo de la población debe evitar alzas salariales de forma abrupta, consideraron investigadores de la UNAM.
José Manuel Marquez Estrada, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) comentó que el incremento anunciado el 1 de diciembre por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) es una buena noticia, pues tendrá efectos positivos como la mejora del poder adquisitivo de los hogares.
Destacó que alienta la recuperación económica después de la crisis económica provocada por el Covid-19, pero también ayuda a mitigar posibles efectos negativos de la misma contingencia sanitaria.
Agregó que este aumento al minisalario incentiva la capacitación y la competencia laboral y provocará un efecto de presión a los salarios a la alza que puede mejorar la distribución del ingreso.
El especialista señaló que los posibles problemas que puede causar el incremento al salario mínimo está la afectación a empresas pequeñas, pues los cambios las incentivan hacia la informalidad.
Comentó que las aportaciones al IMSS aumentarán y advirtió que aún hay margen para seguir aumentando el SMG, pero este se debe hace sin aumentos abruptos, pues de lo contrario causaría pérdida de empleos e inflación.
Marquez Estrada descartó que el aumento anunciado para 2022 vaya a tener un impacto directo en la inflación, pues los altos niveles registrados en los últimos meses se explican por las interrupciones de las cadenas de suministro y el alza en los precios de los energéticos.
Sin embargo, la investigadora Patricia Rodríguez López comentó que el aumento salarial puede causar un efecto, pero cualquier afectación se observará hasta mediados del siguiente año.
Apuntó que los salarios deben ser un reflejo de la productividad, por lo que en función de ese factor debe incrementarse.
También coincidió que el alza salarial puede ser un incentivo para que las pequeñas empresas se vayan hacia la informalidad, ante la complejidad que resulta incrementar el pago a sus trabajadores, por lo que el gobierno debe ver la forma de que no se afecten esas unidades económicas.
La especialista subrayó que el incremento de los salarios debería ser mayor después de la entrada en vigor del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pues la estrategia de salarios bajos se usó desde los 90 para atraer inversiones.
Pese a ello, reconoció que con el alza observada en los últimos tres años se rompe ese paradigma para competir con las otras dos economías que conforman la región de América del Norte.
Mencionó que el incremento al salario mínimo no va a ser suficiente, porque la masa salarial no ha crecido en la proporción que se esperaba y la desocupación también puede tener hasta un año para recuperarse a los niveles de 2018.