Las mujeres en México no sólo tienen que luchar contra las brechas de género profesionales y personales, o contra la violencia sicológica o física, sino contra la brecha al acceso a la justicia en el sistema penal mexicano, reveló la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (Enpol) 2021.
De acuerdo con la encuesta que levantó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) durante junio-julio del presente año, a una muestra nacional de 67 mil 584 personas privadas de la libertad, una de cada tres se encuentra sin sentencia y una cuarta parte de ellas han esperado más de dos años para recibir una.
En tanto, 46.1 por ciento de las mujeres que están en prisión preventiva oficiosa no tienen una sentencia; porcentaje desfavorable ante el 26.7 por ciento en el caso de los hombres; es decir, que para las mujeres la justicia dentro del sistema penitenciario en México llega más tarde.
“Esto obedece a una fenomenología que también se revela con la menor edad promedio que tienen las mujeres privadas de la libertad”, afirmó Julio Santaella, presidente del Inegi, durante la presentación de la Enpol.
Así, 73.1 por ciento de los hombres tienen sentencia frente a 53.7 por ciento de las mujeres.
“Sí, hay una brecha importante en el acceso de la justicia para las mujeres en el sistema penal”, afirmó Oscar Jaimes, director general de estadísticas de gobierno, seguridad pública y justicia del Inegi.
Violencia estructural
A escala nacional, 23.5 por ciento de la población sentenciada que llevó su proceso recluida en un centro penitenciario obtuvo su sentencia en seis meses o menos, cifra inferior al 27.3 por ciento que se registró en 2016; mientras 23.9 por ciento de dicha población demoró más de dos años en obtener su sentencia, luego que en la pasada edición del censo (2016) fue de 20.2 por ciento.
En cuanto al proceso judicial, del total de la población privada de la libertad, 72 por ciento contaba con sentencia dictada a la mitad de 2021, de éstas, 39 por ciento obtuvo una condena de 21 años o más; siendo así 27.8 por ciento de la población privada de la libertad a julio de este año, se encontraba todavía en proceso judicial.
“Llama mucho la atención la violencia sicológica y física que sufren las personas privadas de la libertad, en el momento de su detención y el momento de su etapa en el Ministerio Público. Sin embargo, hay una violencia estructural todavía más amplia: una de cada tres personas que están en los centros penitenciarios se encuentra sin sentencia y una cuarta parte de ellos ha esperado más de dos años para recibir sentencia, en su mayoría mujeres”, puntualizó Adrián Franco, vicepresidente del Inegi.
Según la Enpol, 15 por ciento de las mujeres sufrió agresión, principalmente sexual y quemaduras, después de la detención, y 49 por ciento de los hombres entrevistados mencionó que tuvo una agresión.
Población joven
La población penitenciaria es en su mayoría joven, 62 por ciento se encuentra entre los 18 y 39 años; en el caso de las mujeres todavía es más joven, son siete de cada diez que se encuentran en ese rango de edad. Para los de 18 y 29 años, uno de cada cuatro es hombre y uno de cada tres es mujer.