El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, sostuvo que –en el marco de la reanudación del programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés)– la postura mexicana para recibir a los migrantes que soliciten asilo en Estados Unidos parte de una “visión humanitaria” del fenómeno migratorio en la región.
Durante una conferencia de prensa, Encinas justificó que la participación mexicana en este esquema –conocido también como Quédate en México– se adoptó en “pleno ejercicio de su soberanía”, asumiendo que hay personas en movilidad que no tienen condiciones para retornar a sus países por el riesgo que corren frente a la violencia, la persecución política, la pobreza y la marginación. Por ello, México asumió que podrán esperar en territorio nacional en lo que se desahogan sus trámites de asilo en el país del norte.
Señaló que en rigor se trata de una segunda etapa del programa que ya existió en la administración del republicano Donald Trump, cuando México otorgó visas humanitarias a los solicitantes de refugio en Estados Unidos.
Por ello, detalló, se podrían dar este tipo de mecanismos para regularizar su sitiuación migratoria en México, confiando en que los trámites con autoridades estadunidenses no tarden tanto ahora.
Ante la pregunta sobre las razones de México para aceptar de nuevo dicho programa estadunidense, Encinas Rodríguez respondió: “Creo que hay que verlo como una muestra más de que México prioriza una visión humanitaria en materia migratoria.
En torno a las quejas que se han planteado sobre la dispersión de migrantes que se encontraban en Tapachula, abandonándolos en otras ciudades, Encinas señaló que se da seguimiento a la actuación del Instituto Nacional de Migración y los Grupos Beta y, en su caso, se atenderán las inconformidades porque “no es una política dejarlos abandonados”.