Kobokán. El número de muertos por la erupción del volcán Semeru en Indonesia subió el martes a 34, informó la agencia de gestión de catástrofes, mientras el presidente del país visitaba el lugar para inspeccionar los daños.
El pico más alto de la isla de Java se despertó el sábado lanzando nubes de ceniza que con la lluvia se convirtieron en arroyos de lodo ardiente, devastando una docena de pueblos de los alrededores y haciendo huir a la gente.
GALERÍA: Barro, cenizas y desolación a la sombra del volcán Semeru, en Indonesia.
"El último balance es que hay 34 personas muertas y 17 desaparecidas", dijo a la AFP el portavoz de la agencia, Abdul Muhari, revisando al alza la cifra de 22 muertos del día anterior. La erupción también dejó decenas de heridos, muchos de ellos con quemaduras.
Calles enteras se llenaron de montones de ceniza gris y barro, cubriendo camiones y casas hasta el techo.
El pueblo de Curah Kobokan, el más cercano al cráter, fue devastado por la ceniza ardiente, que resultó mortal para muchos residentes.
"Estoy traumatizado, pregunté a mis familiares si tenían el valor de volver a Curah Kobokan y me dijeron que no, que preferían dormir bajo un árbol", dijo Marzuki Suganda, de 30 años, que trabajaba en una mina de arena de la zona. "Cuando ocurrió la erupción, realmente pensé que íbamos a morir allí".