Antropóloga, escritora y pensadora feminista, Rita Segato afirma que la lucha de las mujeres “no obedece a una lógica patrialcal, no es un movimiento egoísta, sino para el progreso del mundo, para un bien de todos, de todas y todes. Nuestro movimiento es para el bien común, no sólo para el bien de las mujeres.
“El objetivo es un beneficio para la humanidad, para el mundo, aunque luchamos por nosotras, por ejemplo, si se detiene la violencia feminicida y violadora, torturadora de los cuerpos de mujeres, la humanidad entera va a vivir un tiempo mejor.
“Si se desmonta el mandato de masculinidad, que es el que garantiza el reclutamiento para la guerra, así como el de los sicarios, el mundo entero mejora, da un paso adelante.”
En entrevista con La Jornada insiste que “somos nosotras, nuestro movimiento, lo que está protegiendo a los hombres de sí mismos y los empujamos a una revisión de lo que obedecen” como mandato de masculinidad.
Autora de obras como La guerra contra las mujeres, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez y Contra-pedagogías de la crueldad, reconoce que el movimiento feminista en nuestros países ha vuelto a las calles después de décadas de estar institucionalizado.
Sin embargo, admite que “hemos ganado muchas victorias, pero éstas no muestran su impacto en la vida real de las mujeres. No hemos podido disminuir la violencia que es el tema central, el síntoma fundamental de que la posición de las mujeres, en el imaginario colectivo y en las prácticas, no ha salido del lugar de donde tiene que salir”.
Segato advierte que otra falsa idea es que los movimientos pueden perseguir un bien particular y destaca que el multiculturalismo “al final, acaba siendo bastante conservador”.
Toda la estructura de la minoritización, explica, “ha sido un error. El sujeto universal y sus defectivos: las mujeres, los negros, los indios, es un error de estructura cognitiva, es lo que hay que desmontar, y nos ha llevado a la idea egoísta de que mujeres luchan por mujeres, negros luchan por negros, indígenas luchan por indígenas, claro que sí, pero es por sí y para un mundo mejor. Si falta esa visión general no llegaremos a destino”.
La antropóloga alerta que los principales opositores del proyecto histórico feminista, como las iglesias hiperconservadoras, que han promovido la ideología de género, “se han dado cuenta que el movimiento les genera un gran riesgo. Ellos nos están diciendo que la amenaza para los dueños de la vida se acerca, y que ese peligro tiene cara de mujer”.