Isla De Lesbos. El papa Francisco denunció ayer el “naufragio de la civilización” que abandona a los migrantes, en un discurso en el campo de refugiados de Lesbos, cinco años después de su primera visita a esta isla griega, emblema de la crisis migratoria.
El Mediterráneo “está convirtiéndose en un cementerio frío sin lápidas. Se los ruego, ¡detengamos este naufragio de la civilización!”, clamó el sumo pontífice ante los migrantes, en el segundo día de su visita a Grecia.
En el campamento de Mavrovouni, que alberga a unos 2 mil 200 solicitantes de asilo en condiciones muy difíciles, fue cálidamente acogido por los migrantes, que se congregaron entre los contenedores y las tiendas de campaña del lugar.
El pontífice argentino saludó y bendijo a las familias presentes; abrazó a un niño y se dirigió a un grupo de refugiados.
Luego, bajo una tienda de campaña, el Papa escuchó los cantos alegres de un coro de exiliados y lamentó que el Mediterráneo, “cuna de tantas civilizaciones”, sea hoy “como un espejo de la muerte”.
“No permitamos que el mare nostrum se transforme en un desolador mare mortuum, no dejemos que este mar de recuerdos se convierta en el mar del olvido” exhortó en presencia de varios líderes religiosos; la presidenta griega, Katerina Sakellaropoulou; el vicepresidente europeo, Margaritis Schinas, y el ministro griego de Migración, Notis Mitarachi.
Unos 40 solicitantes de asilo, en su mayoría católicos originarios de Camerún y de República Democrática del Congo, asistieron a la oración del Ave María pronunciada por el Papa.
Christian Tango, congoleño de 31 años, se dirigió al Papa para agradecer su “espíritu de humanidad” ante “niños migrantes y refugiados”, y le pidió que rezara por que obtuvieran “un lugar seguro en Europa”.
Mavrovouni es una estructura improvisada levantada en una antigua zona de tiro del ejército tras el incendio del campo de Moria, en septiembre de 2020. Este insalubre campamento de migrantes era el más grande de Europa.
En 2016, la isla de Lesbos se convirtió en la principal puerta de entrada para miles de indocumentados que trataban de llegar a Europa. “Todos somos migrantes”, había dicho Francisco cuando visitó el campamento de Moria en abril de 2016.
Ya se han abierto tres campos de este tipo en las islas de Samos, Leros y Cos, y los de Lesbos y Quíos están previstos para el próximo año. Están rodeados de alambre de púas y cerrados con puertas de rayos X.
La visita del Papa a Lesbos, más breve que en 2016, continuó ayer en Atenas con una misa en una sala de conciertos donde predicó sobre “la escasez y la humildad” ante unos 2 mil fieles.
Hoy, tras un último encuentro con jóvenes en una escuela católica, partirá al mediodía de Atenas, de regreso a Roma.