Ciudad de México. La batalla de los pueblos indígenas por la defensa de sus recursos es una lucha mundial pues “por donde quiera están los inversionistas viendo cómo ganar nuestra agua”, afirmaron habitantes de las comunidades nahuas de la región cholulteca de Puebla.
Durante el foro “La lucha por el agua y por la vida en tiempos de pandemia”, que se llevó a cabo en las instalaciones de la planta de Bonafont, en el municipio de Juan C. Bonilla, que fueron tomadas por la comunidad el 8 de agosto pasado, y rebautizadas como Altepelmecalli, la Casa de los Pueblos, los participantes afirmaron que luchas similares ocurren en este momento en Canadá, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Chile, Ecuador, Francia, Ghana, Italia y Alemania, por lo que es necesaria la comunicación y unidad de todos estos esfuerzos.
“Nos hacen ver que no estamos solos en esta lucha, que también a sus territorios hay resistencia y que la lucha por la vida es global y hermosa”, afirmaron las líderes nahuas, y señalaron que solo juntos podrán defenderse los embates del Estado, empresarios, Fuerzas Armadas y grupos criminales que buscan despojarlos de sus tierras y recursos.
En su participación, Raúl Zibechi, escritor y activista de Uruguay, señaló que las acciones contra los pueblos indígenas tienen el nivel de una guerra: “el objetivo es el despojo y no se puede despojar a nadie pacíficamente, para despojarte del agua, la tierra, hay que amenazarte, entonces esta es una guerra del capital para seguir siendo capital, para enriquecerse, eso no hay que perderlo de vista, la guerra es un medio para fortalecer el despojo.”
Felicitó a los nahuas que tomaron la planta de Bonafont y que han podido mantenerse en ella todos estos meses, demostrando que no sólo pueden resistir sino también crear, en medio de su lucha, un espacio donde ahora se preserva, difunde y educa sobre su cultura.
A su vez, Carlos González, del Congreso Nacional Indígena (CNI), recalcó que este movimiento creció y logró la toma de la embotelladora de agua en los momentos más difíciles de la pandemia por el Covid-19, lo que demuestra, dijo, que la unidad de es posible aún bajo las peores condiciones: “si tomamos la decisión los pueblos y las mayorías de explotados en este país podemos podemos acabar con lo que nos han hecho y nos siguen haciendo un reducido grupo de empresarios, de millonarios, de políticos, que han abusado de nosotros durante siglos.”
Advirtió, sin embargo, que las batallas por venir aún son muchas: “el proyecto integral Morelos, el corredor interoceánico Salina Cruz-Coatzacoalcos y el Tren Maya forman parte de un gran proyecto que pretende reordenar a las poblaciones, los territorios y las fronteras, por lo menos desde el centro del país hasta Centroamérica, en beneficio en la lógica y de los intereses geopolíticos de Estados Unidos y de las grandes trasnacionales.”