En esta segunda parte de la entrevista el maestro bailaor Cristóbal Reyes destaca como el flamenco, cante y baile, se ha venido desarrollando amplia y favorablemente gracias a las muchas maneras de entender y sentir la tradición.
“Finalmente, el flamenco no es sólo cantar, bailar y tocar la guitarra, que por supuesto lo es, pero hay más cosas que hay que mirar. Hay que observar alrededor y hay que nutrirse también de todo lo que nos ofrece la realidad para así mismo fortalecer la tradición. La costumbre en este arte es absolutamente imprescindible conocerla profundamente para que se pueda renovar, y en este compromiso los artistas deben sentirse libres a la hora de interpretarla”.
El flamenco se ha convertido en un arte universal, la Unesco lo ha declarado patrimonio intangible de la humanidad y esta fascinación por el baile y el cante obedece a que se trata de una habilidad con raíces culturales muy profundas.
“Los que nos dedicamos al flamenco con seriedad y apego hemos hecho posible que esto sea así, que el flamenco sea parte del patrimonio de la humanidad. Desde Antonio Ruiz Solé que empezó, a Antonio Canales, Joaquín Cortés… y yo mismo. Me incluyo porque toda la vida he estado en el flamenco desde muy niño. Fui premio a la popularidad de España en 1971. Al otro año, Premio Nacional de la Danza, y ahora está el proyecto de la medalla al mérito, o sea que los reconocimientos están ahí pero lo que vale es la vigencia de nuestro arte”.
Comenta que tras el reconocimiento de la Unesco y sobre todo para mantenerse “vivo” el flamenco tuvo que apegarse a los nuevos cánones del espectáculo. “Antes era una cosa cerrada, de peñas, de amigos, de fiestas de señoritos; ahora tiene una dimensión de enormes masas, para grandes teatros en el mundo y para llegar ahí, ha tenido que renovarse y hacerse más contemporáneo”.
Lo que explica el desarrollo que ha tenido el flamenco fuera de España. “Ha sido tanto el interés que hoy en día son legiones de personas las que viajan a España a estudiar el misterio del flamenco. Se tiran uno o dos añitos, lo aprenden bien y cuando regresan a sus países montan academias. De tal manera que ahora hay escuelas en todas partes del mundo. Claro, enseñan lo que han aprendido, no la realidad del flamenco, eso es otro boleto. Porque fuera de España, de Andalucía, es difícil entender el flamenco como lo entendemos nosotros que lo tenemos de raíz”.
Respecto a sus experiencias en nuestro país habrá que decir que estas no sólo se basan en sus visitas académicas. El maestro vivió una larga temporada en la Ciudad de México donde fundó, en sociedad con su amiga Cristina Aguirre, el icónico Corral de la Morería. El primer espacio de flamenco en México al que llegaban personajes de la política, de la intelectualidad, del ambiente artístico y la fiesta taurina.
“Ahí aparecía todo mundo”, recuerda. “Presentábamos lo mejor del flamenco de España y México. Tuvimos mucho tiempo al poeta Manuel Benítez Carrasco, a Jazmín Moreno, concertista de guitarra, y grandes estrellas del baile.
“En México he bailado muchas veces en diversos escenarios como el Festival Cervantino, el Teatro de la Ciudad. He pisado el escenario del Palacio de Bellas Artes en dos ocasiones. Una vez por Pasión gitana de Joaquín Cortés, como director y coreógrafo adjunto, otra por Cumbre Flamenca del Ministerio de Cultura, como coreógrafo y artista invitado.
“Impartiendo seminarios y conferencias he recorrido toda la República desde Tijuana hasta el sur y veo que hay una afición increíble que ha crecido en los pasados años. Han abierto muchas academias en la ciudad capital y en algunos estados de la República.
“Yo me propuse venir cada año a impartir estos seminarios en México, los cursos fueron interrumpidos por la pandemia pero felizmente los hemos retomado. Iniciamos en el mes de octubre en el Conservatorio de Danza de Tijuana, luego estuvimos en Ensenada, en el Sacromonte de Marta Franco. De ahí viajamos a Veracruz, puerto, a la academia de mi amiga Elba Cena. A la siguiente semana estuvimos en Guadalajara, en el estudio de Lilí Mayo. El 22 de noviembre impartí cursos en el Flamenco Vive de Aguascalientes con Gaby Espinosa de los Monteros. Y del 28 de noviembre al 3 de diciembre, en la academia de danza de Cristina Aguirre que se encuentra en Circuito de Las Flores, Satélite, donde cerramos la gira”.
Concluye el maestro quien de regreso a Madrid, se integrará al equipo de su sobrino Joaquín Cortés para servirle de sparring en la preparación de la gira mundial que éste emprenderá el año próximo con parada en México.