Ciudad de México. La pandemia exacerbó los problemas del sistema de salud pública y más de la mitad de la población que cuenta con seguridad social y requirió consulta durante la emergencia sanitaria acudió al sistema privado, señala un estudio publicado en el número especial de la revista Salud Pública de México del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) acerca de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 sobre Covid-19.
La investigación, encabezada por la doctora Arantxa Colchero Aragonés, investigadora de la Dirección de Economía de la Salud e Innovaciones de Sistemas de Salud del INSP, señala que se detectó un uso elevado de los consultorios médicos adyacentes a farmacias de “calidad subóptima y vinculados a mayores gastos de bolsillo”.
El estudio concluye que una proporción muy alta de la población con síntomas compatibles con Covid-19 buscó y recibió atención médica en servicios privados.
Agrega que “cerca de una quinta parte de la población reportó necesidades de atención a la salud, pero sólo un tercio de quienes la buscaron lo hicieron en servicios públicos”, lo que representa una reducción a los resultados obtenidos en 2018, cuando se detectó que más de la mitad de la población utilizaba servicios privados, “la proporción creció aún más en 2020”.
Sin embargo, el estudio destaca que “no es del todo claro en qué medida el aumento en la demanda de los servicios privados se deriva de la pandemia o de la reforma inconclusa del sistema de salud”.
Por ello, concluye que es “indispensable fortalecer los servicios públicos de salud, reanudar la atención a problemas de salud distintos a Covid-19 y acelerar la definición e implementación de la reforma del sistema de salud en México”.
En sentido opuesto a lo que señala el estudio, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, rechazó que los servicios privados “salvaron de la insuficiencia a los servicios públicos. No es así, en esta pandemia absorbieron una demanda desplazada, como señala el trabajo, pero no en grandes hospitales”.
Tal como lo muestra la investigación, “la enorme mayoría de las atenciones, 90 por ciento, según el documento, ocurrieron fuera de hospitales, es decir, en pequeños consultorio unipersonales o adyacentes a farmacia, pequeños laboratorios que de forma subrepticia fueron convertidos en unidades de atención y farmacias”.
La consecuencia, explicó, fue una “grave deformación de la atención en términos de calidad y de oportunidad”, muchas personas recibieron diagnósticos y recetas con múltiples fármacos que “incluyen antibióticos, esteroides, antiflamatorios, anticoagulantes e ivermectina, lo que retardó su atención”.
Dejaban “pasar tres, cuatro o cinco días en casa pensando que se estaban curando de Covid; se agravan y entonces entra el sistema público a rescatarlo, pero ya en condiciones muy adversas y las personas llegan a morir a los hospitales”, por lo que reiteró que se es necesario contar con un sistema público de salud “universal y resiliente”.