México anunció ayer que no retornará a sus países de origen a los migrantes que solicitan asilo en Estados Unidos y que esperan en territorio mexicano la resolución de sus procesos migratorios con la reactivación del programa Quédate en México.
El gobierno de Joe Biden anunció que el lunes reimplantará esta estrategia instaurada en la administración de Donald Trump, cuya rea-nudación es un mandato judicial.
El gobierno de México, por razo-nes humanitarias y de forma temporal, no regresará a sus países de origen a personas en espera de resolución de su proceso migratorio ante autoridades estadunidenses, dijo el jefe para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Roberto Velasco.
Tras manifestar en un mensaje de video difundido por la cancillería que no se espera un mayor flujo de migrantes en la frontera por la reinstalación de los Protocolos de Protección al Migrante, correspondiente a la sección 235 (b)(2)(C) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad estadunidense, Velasco indicó que el motivo central de esta decisión del gobierno de México es “mejorar las condiciones de las personas migrantes de manera sustantiva, permitir su proceso de asilo en Estados Unidos y velar por sus derechos.
“Se tomó esta resolución una vez que el actual gobierno manifestó que atenderá las preocupaciones de carácter humanitario planteadas por México”, agregó.
Entre otras, se planteó contar con mayor financiamiento para organismos internacionales que apoyan albergues y otros servicios de gran importancia para las y los migrantes en la frontera norte. También, adoptar medidas de prevención contra el Covid-19, como revisiones médicas y vacunación, acceso a asistencia legal, procesos expeditos y protección a grupos vulnerables, entre otros puntos.
“México mantiene la misma política humanitaria y solidaria con nacionales de otros países que ha delineado desde 2018, impulsando una migración ordenada, segura y regular, más en un momento en que persisten condiciones extraordinarias derivadas de la pandemia, la crisis económica global y los flujos migratorios sin precedentes derivados de estas condiciones.”
Velasco aseguró que Estados Unidos se coordinará con las autoridades mexicanas para una adecuada implementación del programa, “tomando en consideración las capacidades del INM y el contexto local de seguridad. Los puertos de entrada específicos dependerán de estas dos variables: capacidad y seguridad. La implementación será gradual, ordenada y con flujos limitados. Se continuará informando tanto a las autoridades locales como a la opinión pública de manera transparente.”
Reiteró que el principal objetivo es que “se garanticen los derechos humanos, se incentive una migración segura, ordenada y regular y, lo más importante, se atiendan las causas de raíz de la migración a través de programas de cooperación para el desarrollo que permitan a la gente permanecer en sus comunidades de origen”.