Con el fin de no perder el registro de partido político nacional en las próximas elecciones federales, el PRD se reunirá este fin de semana para tratar de iniciar un proceso de transformación, lo que no implicará un cambio de nombre, pero sí la reforma de sus documentos básicos, para caminar como fuerza de “izquierda socialdemócrata” de causas y no de masas.
Los cambios se analizarán en su 18 Congreso Nacional Ordinario, donde se espera la asistencia de más de 600 delegados. Hasta ayer tenían dos dictámenes listos para discusión, uno para modificar la Declaración de Principios y otro para el Programa de Acción. Quedaba pendiente un tercero para modificar los estatutos, debido a que las corrientes no se habían puesto de acuerdo en el tipo de estructura administrativa que tendrá el partido. En este tema, se discute la posibilidad de contar con una dirección colegiada y que ya no haya presidente nacional.
Camerino Márquez, integrante de la dirigencia perredista, explicó que las transformaciones en los documentos básicos tienen el propósito de construir una fuerza política de cuadros con presencia en las organizaciones sociales, que además se vincule a la agenda verde, a la de las mujeres y a los derechos humanos. Lo que se quiere es retomar las causas de la sociedad, puntualizó.
También está el objetivo de que haya una renovación generacional en los mandos directivos, con el objetivo de que sea un instituto político atractivo para los jóvenes. En los dictámenes, el PRD rechaza el populismo y el modelo de distribución corporativa y clientelar, “característico del autoritarismo”, al tiempo de que se compromete a luchar por la construcción de un Estado democrático de bienestar que interviene en las relaciones económicas, estableciendo equilibrios entre el Estado, el mercado y la sociedad.
Asimismo, se caracteriza como feminista y defensor del desarrollo sustentable y del cuidado del planeta.