Directamente al carajo mandó el presidente López Obrador al muy sobado cuan cínico discurso neoliberal de que para repartir la riqueza primero hay que crearla y sólo después de ello podrá ser distribuida en todos los estratos sociales, porque, decían los tecnócratas, “la modernidad alcanza para todos”. Bastaba con tener paciencia, pues “el proceso requiere de tiempos de maduración para un nuevo horizonte de equidad” (Salinas dixit).Tres décadas después, nunca el ingreso y la riqueza estuvo tan concentrada ni México tan desigual.
Ese fue el machacón discurso durante el sexenio del “padre de la desigualdad moderna” y los sexenios subsiguientes, mientras, en los hechos, se “restructuró” la oligarquía nacional para que un selecto cuan rapaz grupúsculo de “hombres de negocios” y políticos (la minoría rapaz) concentrara cada vez más riqueza y se hinchara de dinero a costillas de los bienes nacionales, a la par que el de por sí deteriorado nivel de bienestar de los mexicanos caía en picada.
Por ello, en su mensaje a la nación del pasado miércoles, el presidente López Obrador subrayó que “la pandemia no desembocó en una crisis de consumo gracias a las remesas y a los apoyos de los programas de bienestar que llegan y se aplican de abajo hacia arriba, no como antes, que primero eran los de arriba, porque decían que si llovía fuerte arriba, goteaba abajo, como si la riqueza fuese permeable o contagiosa. ¡Que se vayan al carajo con ese cuento!”
En efecto, que se vayan al carajo, porque ese “cuento” del “goteo” en realidad abrió las puertas de par en par a ese selecto grupúsculo (que invirtió grandes cantidades de dinero en la campaña presidencial de Salinas y de los otros) para quedarse con los bienes de la nación y a partir de ahí amasaron fortunas de ensueño y un creciente poder político, todo ello aderezado con cualquier cantidad de “modernidades” (“rescates”, “salvamentos”, concesiones, contratos de obra pública, subsidios de todo tipo, evasión/devolución/condonación de impuestos, etcétera, etcétera; el erario, a su servicio).
No es gratuito, pues, que en 30 años de “modernidad que alcanza para todos”, siempre con el cuento del “goteo”, la fortuna de Carlos Slim registró un crecimiento cercano a 4 mil por ciento; la del tóxico Germán Larrea 2 mil 600 por ciento; la de Ricardo Salinas Pliego mil 100 por ciento y la de Alberto Bailleres alrededor de 500 por ciento, de acuerdo con la información de Forbes.
Esos cuatro “hombres de negocios” (el 0.000003 por ciento de la población total del país) acaparan 10 por ciento del producto interno bruto (la mitad de esa proporción en manos de uno de ellos). Entonces, ¿así, o más “moderno”? Y lograron esos aumentos en una economía que, en promedio, creció 2 por ciento anual en el periodo, con más de la mitad de los mexicanos en condición de pobreza, siempre en la sempiterna espera del “goteo”.
En 1994, como parte de la minoría rapaz, por primera vez aparecieron 24 “hombres de negocios” mexicanos en el inventario Forbes de multimillonarios. Sus fortunas conjuntas sumaron 42 mil millones de dólares. Veintisiete años después sólo aparecen 13, pero la suma de sus haberes es de 136 mil millones de billetes verdes. Todo indica que a ellos sí les resultó aquello del “goteo”.
Allá por los tiempos de la campaña electoral de 2018, Andrés Manuel advirtió que gente como la descrita “tiene confiscadas las instituciones y secuestrado al gobierno”, y éste “no representa a todos los mexicanos; está al servicio de esta minoría rapaz”, que “le ha hecho mucho daño al país, porque, en buena medida, es responsable de la tragedia nacional, es el grupo que se opone a que haya un cambio en México porque les ha ido muy bien a ellos; muy mal al pueblo, muy mal al país, pero a ellos les ha ido muy bien”.
Paradójicamente, hoy los tiene enfrente como Consejo Asesor Empresarial, de tal suerte que ahora los saqueadores son “asesores” del Presidente, porque, asegura el mandatario, “me quieren ayudar y les tomé la palabra”. No cabe duda: los alacranes son muy hábiles para colarse en casa.
Las rebanadas del pastel
Si de saqueadores se trata, ahí está la banca: cayeron los activos totales (7.6 por ciento en términos reales), la cartera de crédito vigente (-5.6) y la captación total (-5.6), pero de enero a octubre se embolsó utilidades netas por 146 mil 310 millones de pesos, 48 por ciento más que en el mismo periodo de 2020. Y eso que hay pandemia (en dos años, ganancias por casi 250 mil millones de pesos).