Río de Janeiro. La economía de Brasil –la más grande en América Latina– entró en recesión en el tercer trimestre del año, al registrar un retroceso de 0.1 por ciento y acumular un segundo periodo con resultado negativo, impactado por la caída de la actividad agropecuaria.
En el tercer trimestre, el producto interno bruto (PIB) cayó 0.1 por ciento frente al trimestre anterior. La actividad agropecuaria cayó 8 por ciento, la industria registró nulo crecimiento y los servicios subieron 1.1 por ciento, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En el segundo trimestre la caída del PIB fue de 0.4 por ciento, al ser revisada, desde una previsión de 0.1 por ciento sobre los tres meses previos.
La economía brasileña frenó en ese periodo la recuperación iniciada en el tercer trimestre de 2020 tras el desplome causado por la pandemia de coronavirus.
En comparación con el tercer trimestre de 2020, la mayor economía latinoamericana creció 4 por ciento entre julio y septiembre pasados, según los datos oficiales. En los primeros nueve meses del año, el PIB se expandió 5.7 por ciento contra igual periodo del año pasado, según el instituto estadístico.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, dijo que la caída es “un tropiezo” por el descenso del sector agropecuario. “Para el mes próximo ese efecto pasa; es transitorio. El dolor de cabeza es mucho mayor con la inflación”, señaló.
El ministro destacó el avance en servicios, que refleja una mejora en la situación sanitaria en el país con más de 60 por ciento de la población totalmente vacunada. Aunque la variante ómicron, con cinco casos confirmados en Brasil, podría condicionar el desempeño económico a futuro.
La economía se vio afectada por la débil actividad agropecuaria debido al fin de la cosecha de la soya y su comercialización concentrada en el primer semestre, y las caídas de 22.4 por ciento en los cultivos de café; de 17.5 por ciento de algodón, una baja de 16 por ciento el maíz, entre otros, con respecto de igual periodo de 2020.
“La caída es atribuible a la sequía, porque hubo pérdidas de cosechas y la producción de granos cedió bastante”, dijo Alex Agostini, de la consultora Austin Rating.
Para Fábio Astrauskas, economista y socio director de la consultora Siegen, el dato del tercer trimestre “no tuvo sorpresas y refuerza la tendencia de desaceleración de la economía desde mediados de junio”. “Los factores que frenan retomar la ruta del crecimiento permanecen en escena, como la alta inflación y la subida de tasas de interés junto al alto nivel de desempleo”, indicó.
La inflación acumuló 10.67 por ciento en 12 meses a octubre y 8.24 por ciento en lo que va del año. Además, el desempleo continuó alto, en 12.6 por ciento en el periodo julio-septiembre.