La Fundacion Louis Vuitton tiene como objetivo promover el arte y la cultura y apoyar las acciones de mecenazgo emprendidas desde 1990 por el grupo empresarial del multimillonario francés François-Henry Pinault. Su insignia: el museo diseñado por Frank Gehry. Es uno de los más originales y bellos proyectos del afamado arquitecto. Está situado en el Jardín de la Aclimatación del Bosque de Boulogne, en París.
El museo fue construido en el borde de un espejo de agua. Consta de un conjunto de bloques blancos (conocidos como “los icebergs”) revestidos con paneles de hormigón reforzado con fibras, rodeados por 12 inmensas “velas” de vidrio con el apoyo de vigas de madera.
En su corta vida, el museo ha exhibido las obras de arte reunidas por las dos principales familias que dominaron la vida cultural de Moscú a principios del siglo XX: la de Sergei Ivanovich Shchukin (1854-1936) y la de Mikhail Abramovich Morozov (1870-1903) y su hermano Iván (1871-1921). Ellas inventaron el concepto de filantropía artística y contribuyeron al reconocimiento internacional de los pintores modernos franceses. Obtuvieron su inmensa fortuna de la actividad textil.
La colección de Shchukin se exhibió entre 2016 y 2017. Incluyó obras de Henri Matisse, Andre Derain, Pablo Picasso, Vincent van Gogh, Paul Gauguin, Paul Cezanne y Claude Monet. Shuchkin tuvo una relación particularmente estrecha con Matisse, quien ayudó a decorar su mansión de Moscú y creó su pintura seminal, La Danse.
Ahora se exhibe la de los hermanos Morozov. Un acontecimiento artístico excepcional, pues nunca habían salido de Rusia. La colección consta de más de 200 obras de arte francés y ruso: Paul Cézanne, Paul Gauguin, Vincent van Gogh, Auguste Renoir, Claude Monet, Pierre Bonnard, Maurice Denis, Henri Matisse, André Derain y Pablo Picasso. Y de Rusia, los más importantes: Mikhaïl Vroubel, Kasimir Malevich, Ilia Repin, Miche Larionov, Valentin Sérov y Martiros Sarian.
En 1918, el gobierno revolucionario que destronó al zarismo incautó las colecciones de Shchukin y Morozov. Calificadas como muestras de arte burgués y decadente, por fortuna las conservaron y dividieron entre el museo Hermitage, en San Petersburgo, y el Pushkin y la Galería Nacional Tretyakov, en Moscú.
Shchukin huyó de Rusia y vivió el resto de su vida en París. Iván Morozov, en el balneario Carlsbad, en la hoy República Checa. El legado de ambos es invaluable.