Brigadistas de la Red de Mujeres del gobierno capitalino, ataviadas con chalecos y gorras color verde y paliacate morado con las siglas SOS, recorrieron las calles de la colonia Santa María La Ribera, en Cuauhtémoc, y tocaron puertas, casa por casa, para entregar en propia mano a las residentes la cartilla de derechos y guía para concientizar y evitar que se normalice la violencia en su entorno.

Se trata de que las capitalinas reconozcan y actúen ante la violencia en sus diferentes modalidades, como física, patrimonial, económica, sicológica, sexual, familiar, digital, institucional, comunitaria, feminicida y laboral, entre otras.

Las visitas de ayer se sumaron a las 180 mil que ha realizado la Red de Mujeres desde marzo pasado en las 187 colonias de las 16 demarcaciones de la capital con más carpetas de investigación por violencia de género.

Lideradas en el recorrido por la titular de la Secretaría de las Mujeres, Ingrid Gómez Saracíbar, el ejército de brigadistas gritaba desde las calles y banquetas cuando no abrían la puerta: “¡Venimos de la Secretaría de las Mujeres, buenos días!”, y que otra vez se enfrentó a casos en los que se le negó el acceso a edificios de departamentos.

En otros domicilios, desde la planta baja o el primer nivel se asomaba por la ventana un hombre para decir que no había mujeres, o permanecieron cerrados.

Sin embargo, el ánimo de las brigadistas se mantuvo y en el recorrido por las calles Amado Nervo, Nogal, Hortensia, Naranjo, Sor Juana Inés de la Cruz, por mencionar algunas, hallaron a mujeres que escucharon con atención el contenido de la cartilla de derechos, y que en algunos casos se animaron a platicar y confirmar que tienen amigas o conocidas que son víctimas de violencia.

Johana, originaria de Venezuela, quien habita un departamento en la calle Nogal desde hace dos años, recibió a las brigadistas justo cuando decoraba el domicilio con adornos navideños. Mencionó tener amigas que sufren violencia de género, a quienes, dijo, transmitirá la información y los teléfonos de la dependencia.

Las brigadistas se concentraron en el jardín Mascarones para formar tres equipos y Gómez Saracíbar se daba tiempo para estar con cada uno de los grupos.

Después de más de dos horas de caminata, la funcionaria destacó en entrevista la necesidad de continuar con los recorridos al advertir que “a veces no sabemos qué es la violencia sicoemocional, que puede ir desde bromas hirientes, comentarios que te menosprecian en tu condición de mujer como ‘¡qué tonta eres!’, ‘¡con razón no pasaste de la secundaria!’ o ‘¡sólo sirves para estar en la cocina!’

“Te van discriminando y denigrando, y eso, al final, también es violencia porque nos causa malestar, tristeza y enojo”, por lo que insistió en la necesidad de que las mujeres se concienticen e identifiquen que la violencia no es normal.