Guanajuato, Gto., La construcción del Nuevo Museo de las Momias y un área comercial no cuenta con la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ni con el aval de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y esta ciudad podría perder la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad, advirtió la regidora morenista Paloma Robles Lacayo.
El Congreso del estado –de mayoría panista– autorizó que el alcalde Alejandro Navarro Saldaña contrate un crédito de 70 millones de pesos para la obra, que en realidad es un centro comercial que beneficiará a empresarios locales, recordó la edil.
En un oficio fechado el 4 de noviembre, el representante de la Unesco en México, Frédéric Vacheron, notificó a Robles Lacayo que los proyectos que puedan modificar el valor universal excepcional de la ciudad deberán ser notificadas al Comité de Patrimonio Mundial.
El 25 de agosto, el director del Centro INAH, David Jiménez Guillén, otorgó una “factibilidad” al proyecto y dirigió a la dirección de obra pública una aclaración: “No es una autorización, y cualquier obra que se inicie en el inmueble será suspendida”.
No obstante, el presidente municipal panista se ha reunido con representantes de bancos para invitarlos a participar en la licitación del crédito. “Está empecinado en llevar a cabo esta obra por encima del marco legal”, lamentó la morenista.
“La Unesco debe participar porque la obra está en un lugar inscrito en el polígono de protección, al lado de un edificio con valor cultural, que es la ex estación del ferrocarril, cercana a la calle Tepetapa, con más de 10 monumentos históricos y a unos metros del panteón de Santa Paula”, refirió.
La regidora precisó que el museo será construido en 5 mil metros cuadrados, tendrá 53 locales comerciales “cuyos criterios de asignación no han sido clarificados”, y sólo 24 por ciento de la construcción será destinada para las momias.
“Lo ideal es dejar a las momias a un costado del museo de Santa Paula, para que siga siendo un museo de sitio”, consideró.
Los cadáveres sufren “deterioro” porque no cuentan con medidores de temperatura ni de humedad, factores que reactivan el proceso de descomposición, acusó.
De 2017 a 2019, los cuerpos momificados generaron ingresos por 118.7 millones de pesos, que fueron usados para el gasto corriente del gobierno municipal. De ese monto, el ayuntamiento sólo destinó 11.2 millones para la operación del museo, concluyó.