Ciudad de México.
Amigas, amigos:
Como en los mejores tiempos, nos volvemos a concentrar en este Zócalo democrático de la capital de la República. Hoy cumplimos tres años de gobierno y estamos de pie, a pesar de la pandemia que tanto dolor nos ha causado, aunque se precipitó la crisis económica originada por el neoliberalismo o neoporfirismo, estamos de pie. Hemos resistido a las adversidades y seguimos avanzando en la transformación de la vida pública de México.
Salimos adelante por la fortaleza cultural de nuestro pueblo, que siempre nos ha salvado ante calamidades, pero también por la fórmula que hemos venido aplicando de gobernar con honradez y poner toda nuestra atención en el bienestar de la gente.
Es una dicha enorme poder decir que casi todas las comunidades de México cuentan con una ayuda, con un apoyo, para mitigar la pobreza y mantener viva la esperanza en el porvenir.
Ya estamos cumpliendo con aumentar la pensión a nueve millones de adultos mayores de 65 años del país. Aumentaremos la pensión para niñas y niños con discapacidad, y estamos acordando con los gobiernos estatales extenderla a todas las edades, hacerla universal.
A partir de enero del año próximo aumentará el monto de las becas a estudiantes de familias pobres de prescolar hasta a nivel superior, de modo que cuando en los últimos tres años se les incorporará el porcentaje de la inflación. Estas becas benefician a 11 millones de estudiantes de escasos recursos económicos y se invierten en ellas — porque no es un gasto, es una inversión— 75 mil millones de pesos anuales. Es un programa sin precedente en México.
Garantizar la salud pública ha sido todo un desafío. La corrupción en el sector salud llegó al extremo de que antes un pequeño grupo de proveedores de medicinas, entre los que se encontraban políticos corruptos del viejo régimen, vendían medicinas, no sólo a precios exagerados, sino incluso adulteradas o de bajísima calidad.
Además, durante el periodo neoliberal fue tanto el abandono de la educación pública, que no contamos desgraciadamente con los médicos que necesita el país. Deberíamos tener tres médicos por cada mil habitantes y sólo tenemos 1.2.
El control de la pandemia nos está permitiendo regresar a nuestro plan original de cuatro puntos para mejorar los servicios de salud: médicos, medicamentos, buenas instalaciones y basificación a los trabajadores del sector.
Está en marcha el programa de formación de médicos generales y se han ampliado las plazas para residentes o especialistas.
La creación de nuevas escuelas de medicina como la Escuela de Medicina del Gobierno de la Ciudad de México y las 40 escuelas de medicina y enfermería del Sistema de Educación ‘Benito Juárez’ nos han permitido tener más espacios para terminar con la absurda política de rechazar a quienes desean estudiar.
Hemos abierto nuevos espacios de formación en hospitales de la Secretaría de Salud, el Issste, el IMSS, Pemex, la Sedena, Marina. Esto nos ha permitido pasar de ocho mil médicos que se admitieron para especialización en 2018 a 18 mil en 2021, y junto con becas que otorgaremos para hacer estudios en el extranjero en el 2024 el déficit de especialistas se reducirá en 25 por ciento.
Continuaremos con las compras consolidadas de medicina en México y en el extranjero para perfeccionar el sistema de abasto y distribución sin intermediarios ni corrupción, así como lo hicimos con las vacunas.
En enero se iniciará un plan general de distribución de medicamentos apoyado por las Fuerzas Armadas, con transporte terrestre y aéreo para hacer llegar las medicinas hasta los centros de salud y hospitales más apartados del país.
Asimismo, cumpliremos con basificar a los 80 mil trabajadores de la salud, como fue nuestro compromiso original. Adelanto que todos los que fueron contratados para atender la crisis sanitaria mantendrán su empleo.
En síntesis, el sueño que quiero convertir en realidad es que al final del gobierno el sistema de salud pública permita que cualquier persona, sin importar su condición económica, social o cultural, sea atendida como lo merece, con médicos, especialistas, estudios y medicamentos gratuitos y que la salud deje de ser en definitiva un privilegio y se convierta en un derecho universal de nuestro pueblo.
Como es sabido, la pandemia también causó estragos en el ámbito educativo. Aun cuando de inmediato y con eficacia iniciamos un amplio programa de educación a distancia, nada puede sustituir la educación presencial, no sólo porque es una forma de aprendizaje más efectiva, sino porque permite la convivencia social en la escuela. La escuela es el segundo hogar para los estudiantes.
Por eso nos propusimos iniciar el regreso a clases presenciales con el nuevo ciclo escolar y hoy están asistiendo a las aulas 23.5 millones de estudiantes de nivel básico con el apoyo, y lo reconozco y lo agradezco, de un millón 800 mil maestras, maestros y trabajadores de la educación.
Con el programa La Escuela es Nuestra a finales de este año se habrán entregado apoyos directos a sociedades de madres y padres de familia para el mantenimiento de 60 mil plantes, el 30 por ciento de todas las escuelas de educación pública, y seguiremos avanzando hasta llegar al 100 por ciento de los centros escolares del país.
Cancelamos la mal llamada reforma educativa, que se quiso imponer sin el acuerdo ni el respaldo de maestras y maestros, que son los que transmiten el conocimiento en las aulas. Al enmendar este absurdo y al tratar con respeto a los educadores, escucharlos y resolver sus justas demandas, hemos evitado conflictos y hemos contado con los maestros y con los padres de familia para ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la enseñanza.
Con el nuevo Conacyt, el nuevo Conacyt, tendremos más investigadores y científicos que hagan aportaciones como la que significó la creación de los ventiladores para tratar enfermos graves de COVID y el año próximo, si todo marcha bien, contaremos con la vacuna Patria.
Es oportuno recordar que mientras estemos en el gobierno no se permitirá el ingreso de maíz transgénico, no se usará fracking para la extracción de crudo, no se otorgarán nuevas concesiones mineras, no se sobreexplotarán los mantos acuíferos, no se permitirá la tala de selvas y bosques, no se autorizará la instalación de basureros de desechos tóxico o peligrosos, no se permitirá operar a ninguna empresa que no tenga planta de tratamiento de aguas negras, no se permitirán violaciones a la norma de calidad del aire ni cualquier actividad que dañe la salud, destruya el territorio o afecte el medio ambiente.
No tengo duda que pronto, muy pronto, terminaremos de salir de la crisis económica.
¿En qué baso mi optimismo?
Primero, en que no nos endeudamos, no nos endeudamos como sucedió en otros países.
Segundo, en que no se nos cayó la recaudación de ingresos, el ingreso en la hacienda pública. Esto nos permitirá mantener finanzas públicas sanas y suficientes para seguir impulsando el crecimiento y la creación de empleos con obras como el Tren Maya, la nueva refinería, los dos nuevos aeropuertos, el desarrollo del Istmo de Tehuantepec, las carreteras; con el impulso a la extracción de petróleo, la modernización de las refinerías y de las hidroeléctricas, el rescate de la industria eléctrica nacional y otras acciones financiadas con el presupuesto, sin contratar deuda.
Otros factores, elementos buenos, favorables, son el gran potencial de crecimiento del sector agropecuario, el aumento en la afluencia turística y la excepcional ventaja que significa el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá para atraer inversión extranjera, generar empleos y fomentar el desarrollo industrial del país.
Hay factores que ayudarán mucho a seguir produciendo alimentos y a revertir el abandono del campo. Uno de ellos será seguir beneficiando a los pequeños productores, comuneros, ejidatarios, pequeños propietarios, con Precios de Garantía, la entrega de fertilizantes gratuitos y los programas de Producción para el Bienestar.
También impulsaremos la economía con la incorporación de 100 mil hectáreas de canales de riego que estarán terminados en 2024 y que estamos construyendo en el norte de Nayarit y en las presas de Santa María y Picachos, en Sinaloa, así como el nuevo distrito de riego de los pueblos yaquis.
En el sector energético lograremos el objetivo de dejar de comprar en el extranjero gasolinas y diésel. Vamos a producir y vender estos combustibles en el mercado interno, esto implicará no exportar petróleo crudo y transformar en México toda nuestra materia prima. Para ello, a finales de 2023 estaremos procesando un millón 200 mil barriles diarios en las seis refinerías que se han venido rehabilitando, 340 mil barriles adicionales en la refinería que compramos a la empresa petrolera Shell y la misma cantidad, otros 340 mil barriles, en la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco.
En general, tendremos capacidad para refinar alrededor de un millón 880 mil barriles diarios de gasolina, diésel y turbosina, que equivalen a garantizar nuestro consumo nacional.
Con la nueva reforma constitucional que enviamos al Congreso, nueva iniciativa de ley, vamos a recuperar el equilibrio perdido con la política energética neoliberal que, contraria al interés público y de manera perversa, buscaba arruinar a la industria eléctrica nacional y dejar el mercado en manos de empresas privadas, principalmente extranjeras; también en esa iniciativa va la resolución de que el litio sea propiedad de la nación.
Para garantizar la generación suficiente de electricidad, se ha iniciado un programa de modernización de turbinas y otros equipos complementarios en 16 hidroeléctricas; asimismo, se están licitando para su construcción seis plantas termoeléctricas y está por comenzar la construcción del parque de generación de energía solar en Puerto Peñasco, Sonora, más otras acciones que, sumadas, harán posible que sigamos produciendo lo que se requiere para el consumo doméstico y empresarial, evitando fallas o apagones, con un mejor control en el manejo de las líneas de transmisión y, lo más importante, mantener sin aumento en términos reales el costo de la energía eléctrica para los consumidores.
La atención especial al sur sureste está cambiando el perfil del desarrollo en nuestro país. Por ejemplo, el Tren Maya implica una inversión del orden de 150 mil millones de pesos para construir mil 500 kilómetros de vías férreas con trenes rápidos y modernos que podrán introducir a turistas que llegan a Cancún, Playa del Carmen y Tulum, Quintana Roo, hacia el sur de ese estado, hacia Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco.
Se dispondrá de 42 trenes con 243 vagones, los cuales serán fabricados por la empresa Bombardier y Alstom en Ciudad Sahagún del estado de Hidalgo, mediante un contrato que ya suscribimos de adquisición de 36 mil millones de pesos del presupuesto público.
En cuanto al nuevo aeropuerto de Tulum, ya se cuenta con el terreno, mil 200 hectáreas, y se ha iniciado el proyecto técnico para empezar la obra a principios del año próximo y terminarla en diciembre del 2023.
Otro proyecto importante para el desarrollo del sur sureste es el Tren de Istmo de Tehuantepec, que unirá a los países de Pacífico con la Costa Este de Estados Unidos. El puerto de Salina Cruz está siendo modernizado con muelles, patios de contenedores y almacenes y con la construcción de un rompeolas de un kilómetro y medio mar adentro. Lo mismo estamos haciendo con la ampliación del puerto de Coatzacoalcos en el golfo de México.
La comunicación entre este puerto y el de Salina Cruz se realizará por una línea de ferrocarril de carga y de pasajeros que se está reconstruyendo para hacer el traslado de un océano a otro en seis horas.
El proyecto contempla la creación a lo largo del trayecto de puerto a puerto de 10 parques industriales, de los cuales ya contamos con ocho de 320 hectáreas en promedio cada uno. Allí, las empresas tendrán estímulos fiscales en IVA y en Impuesto Sobre la Renta, con el propósito de que se creen empleos y esta zona se convierta en una cortina de oportunidades para quienes se ven obligados a emigrar del sur a la frontera norte en busca de mejores condiciones de vida y de trabajo.
El proyecto incluye también la rehabilitación de 310 kilómetros de vías férreas de Coatzacoalcos a Palenque con conexión al Tren Maya, más un ramal de Estación Chontalpa a la refinería de Dos Bocas, así como 472 kilómetros de vías férreas, también para carga y pasajeros, de Ixtepec, Oaxaca, a Ciudad Hidalgo, Chiapas, es decir, hasta la frontera con la hermana República de Guatemala.
Tenemos un potencial turístico cuantioso gracias a la riqueza geográfica y, algo que no debemos olvidar, gracias a las culturas de México. En todo el territorio hay bellezas naturales incomparables y una diversidad cultural conformada por 62 etnias.
Y así como estamos promoviendo el sureste y el istmo con la construcción de aeropuertos, buenas carreteras y trenes modernos, también estamos atendiendo la costa de Jalisco, Nayarit y Sinaloa, incluyendo el rescate de las Islas Marías, que antes fueron un temido penal y que ahora se están convirtiendo en una escuela para el cuidado del medio ambiente y el turismo cultural e histórico.
También vamos a terminar el año próximo una moderna carretera desde la ciudad de Oaxaca hasta Puerto Escondido y Huatulco. En 2023 culminaremos la que irá de Oaxaca al Istmo de Tehuantepec, la del istmo hasta Acayucan, Veracruz, así como unos 250 caminos de concreto y piedra construidos por las mujeres y hombres de los pueblos de Oaxaca, caminos que son verdaderas obras de arte.
En mi reciente viaje a Washington propuse tres acciones básicas:
Primero, un plan de inversión en América del Norte y en todo el continente para la sustitución de importaciones.
El apoyo a países centroamericanos para reducir el fenómeno migratorio.
Y el respaldo a la iniciativa del presidente Biden para regularizar a 11 millones de migrantes indocumentados, mayoritariamente paisanos nuestros que viven y trabajan honradamente en ese país.
Le dije con toda franqueza al presidente Biden que íbamos a estar pendientes para ver el comportamiento de los legisladores, tanto del Partido Demócrata como del Partido Republicano y que, con todo respeto y franqueza, nos íbamos a pronunciar en su momento para señalar lo que no haya significado solidaridad y reconocer la gratitud de quienes voten por esa iniciativa.
Hemos enfrentado los efectos más devastadores de la pandemia con el desempeño fraterno y ejemplar del personal de salud, desde el camillero y la enfermera más humilde hasta el médico de mayor especialización.
También nos ayudó mucho el haber contado a tiempo con la vacuna. Hoy, el 86 por ciento de los mexicanos mayores de 18 años están protegidos, casi todos con dos dosis. Ya empezamos a vacunar a jóvenes de 15 a 18 años y vamos a aplicar dosis de refuerzo comenzando con los adultos mayores.
La reducción del número de hospitalizados y sobre todo la considerable disminución de los fallecimientos no sólo alivia el sufrimiento humano, sino que resulta positivo para la normalización económica, educativa y social.
En el campo, en el medio rural, se está trabajando sin limitaciones. El año pasado, la producción agropecuaria, a pesar de la pandemia, aumentó dos por ciento y las cosechas de maíz y frijol de este año serán abundantes gracias a las lluvias.
El sector industrial está en franca recuperación y lo mismo ocurre con el comercio, el turismo, los restaurantes, la aviación y otros servicios.
Se está recibiendo inversión extranjera como nunca. En los primeros nueves de este año han llegado 24 mil 832 millones de dólares. Somos el principal socio comercial de Estados Unidos de América.
Este año, las remesas de nuestros paisanos migrantes —un aplauso a nuestras paisanas y paisanos migrantes—, lo que envían a sus familiares en México este año alcanzará la cifra récord de 50 mil millones de dólares. Hoy, por cierto, el Banco de México dio a conocer que las remesas en octubre pasado fueron de cuatro mil 819 millones de dólares, 34 por ciento más que el mismo mes del año pasado, otro récord histórico. Gracias de todo corazón.
Casi todos los pronósticos coinciden en que la economía crecerá este año alrededor del seis por ciento.
No hemos contratado deuda pública adicional.
El peso no se devaluó durante los primeros dos años y 11 meses del sexenio, como no sucedía en tres décadas; sin embargo, por factores externos, en noviembre se depreció en cuatro por ciento. De todas maneras, no hay comparación con lo que sucedía en los anteriores sexenios, hay estabilidad en nuestra moneda.
Hoy se acordó entre el sector obrero, el patronal y el gobierno por consenso un aumento al salario mínimo del 22 por ciento para el año próximo, lo cual significa que durante nuestra gestión el incremento al salario mínimo ha sido del 65 por ciento en términos reales, algo que no ocurría en más de tres décadas y el salario mínimo en la zona fronteriza ha crecido más del doble en el tiempo que estamos en el gobierno.
No hemos aumentado los precios de las gasolinas, el diésel y la electricidad en términos reales. El gas ha aumentado un poco por encima de la inflación, pero ya se establecieron precios máximos y se creó Gas Bienestar, que se irá ampliando para garantizar precios justos.
Desde de que llegamos al gobierno hasta la fecha, el índice de la Bolsa de Valores ha crecido en 19 por ciento.
La inflación aumentó también recientemente, pero se mantiene en siete por ciento, igual que en Estados Unidos.
Se ha reducido tres por ciento la tasa de interés que fija el Banco de México y, si esa institución tenía a fines de la administración pasada reservas por 173 mil 775 millones de dólares, actualmente ascienden a 199 mil 310 millones de dólares, 25 mil millones de dólares más, un aumento del 15 por ciento.
También es satisfactorio informar que hemos recuperado un millón 395 mil empleos que se perdieron por la pandemia y se han creado 320 mil puestos adicionales, de modo que ahora se tiene la cifra más alta de la historia en cuanto a empleo formal con 20 millones 933 mil trabajadores registrados, inscritos, en el Instituto Mexicano del Seguro Social y con un salario promedio, también inédito, de 13 mil pesos mensuales.
La pandemia, con el apoyo de todas, de todos los mexicanos, porque se gobierna con el pueblo, esa es la democracia, gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo. ¿Qué sería de nuestro gobierno sin el respaldo del pueblo? ¡Que viva el pueblo de México!
La pandemia no desembocó en una crisis de consumo gracias, como ya lo expresé, a las remesas y a los apoyos de los Programas de Bienestar, que llegan y se aplican de abajo hacia arriba, no como antes, que primero eran los de arriba, porque decían que, si llovía fuerte arriba, goteaba abajo, como si la riqueza fuese permeable o contagiosa. ¡Que se vayan al carajo con ese cuento! Así se pudo evitar la falta de alimentos y otros bienes de primera necesidad.
Aún con la gravedad del problema de inseguridad que heredamos, no hemos caído en la tentación de combatir la violencia con la violencia. Hemos acreditado con hechos nuestra convicción humanista, demostrando en la práctica que el mal debe enfrentarse haciendo el bien, que la paz es fruto de la justicia, que el ser humano no es malo por naturaleza y que son las circunstancias las que llevan a algunos a las filas de la delincuencia.
Podrá llevarnos tiempo el pacificar el país, pero la fórmula más segura es atender las causas de fondo que generan la inseguridad y la delincuencia, la pobreza, la desintegración social, la desintegración familiar, la corrupción, la desigualdad que produce frustración, la pérdida de valores culturales, morales, espirituales.
Por eso nos hemos empeñado en atender a los jóvenes. ¡Arriba los jóvenes! Al que no se incorpora al estudio o a trabajo, tiene oportunidades de hacerlo, no se les deja solos para que sean enganchados por la delincuencia a cambio de dinero, fama o lujo barato.
La verdadera confrontación con los jefes de las bandas, la real, la profunda, la importante, es evitar que se lleven a los jóvenes, que recluten a los jóvenes, quitarles el semillero, impedirles que cuenten con un ejército de reserva para delinquir. Con los Programas de Bienestar lo estamos logrando, garantizando el apoyo a los jóvenes y la oportunidad al trabajo y al estudio.
Todos los días trabajamos con ese propósito de manera coordinada en el Gabinete de Seguridad y hemos logrado reducir en tres años el robo de combustibles, el llamado huachicol, en 95 por ciento.
Los homicidios en apenas 0.7 por ciento porque nos lo dejaron muy arriba y tuvimos primero que contener el avance, y ya vamos poco a poco disminuyendo la incidencia de este tipo de delitos, homicidio.
En cambio, el robo de vehículo lo hemos bajado en 29 por ciento, el secuestro en 20 por ciento, y así en casi todos los delitos del fuero común y federal.
Aquí destaco la importancia que tuvo en su momento y el apoyo de todos los partidos en el Congreso para la creación de la Guardia Nacional.
Esta institución ya cuenta con 100 mil elementos, los cuales operan en casi todas las regiones del país desde 207 cuarteles construidos, 207 cuarteles construidos en estos tres años por los ingenieros militares.
Las acusaciones de que estamos militarizando al país carecen de toda lógica y de la más elemental buena fe. No se ha ordenado a las Fuerzas Armadas que hagan la guerra a nadie, no se les ha pedido que vigilen u opriman a la sociedad, que violen las leyes, que coarten las libertades y mucho menos que se involucren en acciones represivas.
El vasto esfuerzo para construir la paz se ha llevado a cabo sin violaciones a los derechos humanos, sin el involucramiento de las Fuerzas Federales en masacres, sin cometer torturas, sin desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, como ocurría antes.
Ya no aplica el ‘mátalos en caliente’. Por el contrario, en esta nueva etapa, la generosa y decisiva participación de nuestros soldados y marinos en auxilio a la población ante desastres, inundaciones, temblores, en acciones también de desarrollo, bienestar y paz es refrendo de su lealtad al pueblo y a las instituciones civiles. Esa participación de las Fuerzas Armadas, además, contribuye a dejar atrás la distancia y hasta la desconfianza entre civiles y militares, que se generó por las decisiones erróneas y perversas de los anteriores gobiernos.
Por eso reitero: las Fuerzas Armadas, no lo olvidemos, nacieron con la Revolución mexicana. No es un ejército de élite, no pertenece a la oligarquía, no es igual a otros ejércitos del mundo. Las Fuerzas Armadas surgen del pueblo, los soldados son pueblo uniformado. Por eso, mi reconocimiento a la Secretaría de Marina y a la Secretaría de la Defensa Nacional por su entrega y por su respaldo.
Como he sostenido por años, la corrupción no sólo se debe combatir por razones morales, sino también por la gran cantidad de recursos que se recuperan para el desarrollo y el bienestar del pueblo.
En vez de conseguir, como lo hacían antes, líneas de crédito para endeudar al país, como era la práctica neoliberal durante los periodos de crisis, nosotros optamos por intensificar el combate a la corrupción.
En el primer año de gobierno logramos, entre otras medidas, eliminar —porque eso es corrupción legalizada— la condonación de impuestos a grandes contribuyentes, grandes empresas, los grandes bancos beneficiarios del influyentismo que no pagaban impuestos y se estableció en la Constitución también que la corrupción es delito grave, pues no lo era desde el tiempo que se reformó el Código Penal en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Gracias a ello se ha fortalecido la hacienda pública. A pesar de la pandemia, en tres años aumentamos la recaudación en 400 mil millones de pesos y fuimos de los pocos países en el mundo, creo dos países solamente en los que no cayó el ingreso tributario.
Seguimos ahorrando en los costos de construcción de obras y en la contratación de servicios. La mejor demostración de las ventajas de esta estrategia se advierte con claridad en el comparativo entre la construcción del aeropuerto ‘Felipe Ángeles’ y el fallido proyecto del aeropuerto de Texcoco. Esa obra, cancelada por la decisión del pueblo, tenía un costo estimado de 300 mil millones de pesos; en contraste, el aeropuerto ‘General Felipe Ángeles’ se va a construir con menos de 75 mil millones de pesos y, aun sumando los 100 mil millones por la liquidación a empresas que mantenían contratos en el proyecto Texcoco que, por cierto, no quedamos a deber absolutamente nada a esas empresas, con todo, obtendremos un ahorro de alrededor de 125 mil millones de pesos.
Nada más recuerdo que acabo de decir que el Tren Maya va a significar una inversión de 150 mil millones y por haber tomado esta decisión de construir el aeropuerto ‘Felipe Ángeles’ y cancelar el de Texcoco nos estamos ahorrando 125 mil millones de pesos, es decir, con este ahorro se está financiando el Tren Maya. Es importante combatir la corrupción ¿sí o no?
Con la política de combate a la corrupción y con la política de austeridad republicana hemos ahorrado en los tres años un billón 400 mil millones de pesos. La cancelación de fideicomisos y fondos que se manejaban de manera discrecional, deshonesta y en beneficio de minorías también nos ha permitido liberar más presupuesto en beneficio del pueblo.
Se ayuda de manera directa con recursos económicos a productores y pescadores.
Se reestablecieron los Precios de Garantía.
Apoyamos a 440 mil campesinos que están sembrando árboles frutales y maderables en un millón de hectáreas.
Es también una dicha enorme poder decir aquí, en este Zócalo democrático, que el programa de reforestación más importante del mundo, la inversión más cuantiosa, mil 300 millones de dólares del programa Sembrando Vida, no se ve en ningún otro país del mundo.
Se entregan fertilizantes a todos los productores de Guerrero, más de 300 mil productores de Guerrero reciben de manera gratuita sus fertilizantes, así como se 68 mil campesinos pobres de Puebla, Tlaxcala y Morelos, y el próximo año se incluirá a productores de Chiapas, Oaxaca, Zacatecas, Durango y Nayarit, y antes de que termine el sexenio vamos a estar beneficiando con fertilizantes gratuitos a un millón de productores pobres de nuestro país. Que coman los que nos dan de comer.
Dos millones 93 mil jóvenes han trabajado como aprendices con una percepción de un salario mínimo.
En tres años hemos otorgado tres millones 700 mil créditos a la palabra para construcción y mejoramiento de vivienda, y en beneficio de productores del campo y de pequeños negocios familiares.
No hemos dejado a pagar a maestros, a médicos, a enfermeras, soldados, marinos, policías y otros servidores públicos.
No han faltado los libros de texto para el nivel básico y educación media superior y se trabaja —porque esto es muy importante— en mejorar los contenidos de los libros de texto.
Están terminadas o en proceso 145 universidades públicas.
Se han mejorado espacios urbanos en colonias populares. Se han mejorado estos espacios urbanos para la creación, la cultura y el deporte en colonias populares de 100 municipios del país.
95 mil 182 comunidades ya cuentan con conexión de internet, el próximo año serán 122 mil y en 2023 la red cubrirá todo el territorio nacional.
Sigue en expansión el Banco del Bienestar, para el cual se han construido, también con los ingenieros militares, hasta ahora, mil 139 sucursales; hay 516 más en proceso y en los próximos dos años tendrá cobertura el Banco del Bienestar hasta en las regiones menos comunicadas del país con dos mil 700 sucursales. Va a ser el banco de México con más sucursales en todo el territorio nacional.
Hemos publicado 66 títulos de grandes autores con dos millones 386 mil ejemplares gratuitos o a precios módicos.
Están en construcción los parques culturales y ecológicos del Bosque de Chapultepec y del Lago de Texcoco.
Terminamos el Tren Suburbano de Guadalajara y continuamos con el que va o viene de Toluca a la Ciudad de México.
Rehabilitamos los aeropuertos de Tuxtla Gutiérrez, Chetumal y está en proceso de rehabilitación el aeropuerto de la Ciudad de México.
El 21 de marzo del año próximo vamos a inaugurar el moderno aeropuerto ‘General Felipe Ángeles’.
Hemos invertido 34 mil millones de pesos en el mantenimiento de 40 mil kilómetros de carreteras del país. Se están construyendo caminos rurales y modernizando carreteras en casi todos los estados de la República.
Desde enero de este año se aplica en la frontera sur la misma política de estímulos fiscales que iniciamos en 2019 en la frontera norte.
Se implementó el Programa Nacional de Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas por la violencia.
Continuaremos con la investigación, es un compromiso que adquirimos y los compromisos se cumplen, vamos a continuar con la investigación hasta saber la verdad de los jóvenes desaparecidos de la normal de Ayotzinapa.
Se están reparando daños cometidos a personas o a familiares afectados por la corrupción neoliberal o por la violencia de Estado, como los casos de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, y Pasta de Conchos, en Coahuila.
Se mantiene el programa de protección de periodistas.
Se creó el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado y funciona el Tianguis del Bienestar para entregar bienes decomisados en favor de las comunidades más pobres de México.
Se aprobó la nueva ley laboral para garantizar el voto directo y la democratización de los sindicatos.
No hemos tenido conflictos con el magisterio nacional.
Se ha basificado a 400 mil trabajadores de la educación.
Se han entregado puntualmente las participaciones federales y los recursos del presupuesto que por ley corresponden a estados y municipios.
La independencia de los poderes Legislativo y Judicial, y de la Fiscalía General de la República, es una realidad.
No se fabrican delitos ni se espía a opositores.
Sólo ha habido 20 huelgas de trabajadores. Están permitidas las huelgas, no se han impedido, pero afortunadamente ha habido acuerdos entre trabajadores y empresarios.
Las manifestaciones de protestas tampoco se han impedido, pero se han reducido al mínimo.
Ofrecimos asilo al expresidente Evo Morales y a sus colaboradores.
No tenemos conflicto con ningún gobierno en el mundo.
Se permitió la entrada a organismos internacionales para vigilar el cumplimiento de los derechos humanos en nuestro país.
Hay información permanente sobre quién es quién en los precios.
Está en curso dos campañas de información para no consumir drogas, ni productos chatarra.
Se inauguró el Túnel Emisor Oriente para evitar inundaciones en el Valle de México.
Nuestro país fue electo casi por unanimidad para integrar el Consejo de Seguridad de la ONU. El 9 de noviembre pasado presidí ese consejo y propuse la aplicación de un plan de bienestar y fraternidad para ayudar a 750 millones de pobres del mundo que sobreviven con dos dólares diarios. Vamos a presentar la iniciativa a la Asamblea General y estoy seguro que va a ser aprobada.
De igual manera, en la ONU se aprobó la resolución que presentamos para garantizar la equidad en el comercio y la distribución de medicinas y vacunas.
Se han montado mil 637 exposiciones artísticas y arqueológicas en México y en el extranjero.
925 deportistas y entrenadores de alto rendimiento han recibido de manera directa apoyos para su preparación por un monto global de 500 millones de pesos.
En las Olimpiadas de Tokio, los deportistas mexicanos compitieron con profesionalismo y dignidad, obtuvieron cuatro medallas de bronce; asimismo, los deportistas paralímpicos nos trajeron siete medallas de oro, dos de plata y 13 de bronce.
Se lleva a cabo el proyecto Agua Saludable para La Laguna, de Coahuila y Durango.
Se resolvió el conflicto de la cervecera en Mexicali, el de la presa El Zapotillo, en Los Altos de Jalisco, el bloqueo de la carretera de Cardel a Poza Rica.
La compra a sobreprecio de la planta de fertilizantes, van a devolver 200 millones de dólares, ya entregaron 50.
Los gasoductos, también se resolvió, se enderezó ese entuerto.
La privatización de los reclusorios.
El mantenimiento concesionado de carreteras.
La autopista Peñón-Texcoco.
La coquizadora de Tula, que había quedado inconclusa.
El monopolio en la compra de medicamentos y muchos otros problemas heredados del antiguo régimen.
Se están creando escuelas para la formación de deportistas y maestros de educación física.
Se aplica un nuevo etiquetado en alimentos para evitar el consumo de productos chatarra.
Se incorporó a la enseñanza pública la nueva materia Vida Saludable.
Y se está aplicando el Plan de Justicia a los Pueblos Yaquis de Sonora, entre otras acciones.
En este 2021 estamos conmemorando los 700 años de la fundación de nuestra ciudad capital; también recordamos la caída de Tenochtitlan hace 500 años por la invasión española, así como los 200 años de nuestra Independencia, alcanzada el 27 de septiembre de 1821.
En este contexto, se celebraron 16 actos conmemorativos, se montaron dos grandes exposiciones en el Museo de Antropología e Historia y en el edificio de la SEP sobre la grandeza de México con piezas arqueológicas y códices que están en custodia en el extranjero, que nos las prestaron y que están en custodia en comunidades y en los museos de nuestro país.
En todos los actos contamos con la asistencia de mandatarios, mujeres y hombres, líderes sociales de diversas expresiones políticas sociales y culturales del mundo.
Destaco la reedición de dos millones 100 mil libros que se están distribuyendo de manera gratuita. Di la instrucción respetuosa de que a cada uno de los que asistiera a este informe —que vienen por su propio pie, por convicción— porque la lectura ayuda mucho, el fomento a la lectura, que a cada uno de los asistentes les entregaran un libro. Son 21 autores, excelentes, de lo mejor, autores que han dejado con sus obras constancia, sobre todo de la grandeza cultural de México.
Amigas y amigos:
Lo más importante es que ya sentamos las bases para la transformación de nuestro país, entre todos.
En tres años ha cambiado, en tres años ha cambiado como nunca la mentalidad del pueblo, que eso es lo más importante de todo, la revolución de las consciencias, el cambio de mentalidad, eso es lo más cercano a lo esencial, a lo mero principal, y eso es lo más cercano a lo irreversible. Pueden darle marcha atrás a lo material, pero no van a poder cambiar la consciencia que ha tomado en este tiempo el pueblo de México.
Hoy se respeta la Constitución, hay legalidad y democracia, se garantizan las libertades y el derecho a disentir; hay transparencia plena y derecho a la información, no se censura a nadie. Desde el poder federal no se organizan fraudes electorales, como era antes.
El gobierno ya no representa a una minoría, sino a todos los mexicanos de todas las clases, culturas y creencias. Se gobierna con austeridad y con autoridad moral. No se tolera la corrupción ni se permite la impunidad. En la práctica no hay fueros ni privilegios. Se atiende a todos, se respeta a todos, pero se les da preferencia a los pobres. Por el bien de todos, primero los pobres.
Se protege la naturaleza, se auspicia la igualdad de género, se repudia la discriminación, el racismo y el clasismo. Se fortalecen valores morales, culturales y espirituales. Se cuida y se promueve el patrimonio cultural e histórico de México.
Amigas y amigos:
Acaba de autorizarse el presupuesto para el año próximo. Agradezco a los legisladores de nuestro movimiento su respaldo, consciente y en favor de la transformación. Muchas gracias, en nombre del pueblo de México.
Tendremos recursos para atender por convicción y humanismo a los más desposeídos y necesitados de México. Ayudar a las pobres, no lo olvidemos, alivia el alma, mantiene tranquila la conciencia y alegra el corazón.
Pero este fraterno proceder implica también algo adicional, no poco importante: atender a los más pobres es ir a la segura para contar con el apoyo de muchos, de millones, cuando se busca transformar una realidad de opresión y alcanzar el ideal de vivir en una sociedad mejor.
Nada bueno se puede esperar, en cambio, de políticos corruptos, de la prensa que se vende o se alquila, de intelectuales convenencieros y de potentados dominados por la codicia. La clave está —esto, para los jóvenes que quieran formarse y dedicarse al noble oficio de la política— la clave está en la frase del presidente Juárez: ‘Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada’.
Nada se logra, y esto aplica en México y en todo el mundo, nada se logra con las medias tintas. Los publicistas del periodo neoliberal —que ya se fue, se está terminando esa pesadilla— los publicistas del periodo neoliberal, además de la risa fingida, el peinado engominado y la falsedad de la imagen, siempre recomiendan a los candidatos y gobernantes correrse al centro, es decir, quedar bien con todos. Pues no, eso es un error. El noble oficio de la política exige autenticidad y definiciones. Ser de izquierda es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujarnos, no zigzaguear.
Si somos auténticos, si hablamos con la verdad y nos pronunciamos por los pobres y por la justicia, mantendremos identidad. Y ello puede significar simpatía, no sólo de los de abajo, sino también de la gente lúcida y humana de la clase media y alta, y con eso basta para enfrentar a las fuerzas conservadoras, a los reaccionarios.
En abril del año próximo vamos a probar de nuevo qué tanto respaldo tiene nuestra política de transformación, sabremos si vamos bien o no con la consulta para la revocación del mandato. Se le preguntará al pueblo, que es el soberano, el que manda, si quiere que yo continúe en la Presidencia o que renuncie.
Este ejercicio, este método creado por nosotros, elevado a rango constitucional, no sólo resolverá si me voy o me quedo, establecerá además el procedimiento, el procedimiento para hacer realidad el principio de que el pueblo pone y el pueblo quita.
Ese sembrar, establecer en nuestro país un precedente. Nada de que ‘me eligieron por seis años y puedo hacer lo que me dé la gana’. No, el pueblo tiene que mantener todo el tiempo el poder en sus manos. Si un gobernante no está a la altura de las circunstancias y no manda obedeciendo al pueblo, revocación del mandato y para afuera.
Por eso llamo a participar a todas y a todos los mexicanos, militantes de partidos o ciudadanos apartidistas para poner en práctica el método de la revocación del mandato hasta convertirlo en un hábito democrático.
Tengamos fe en el pueblo y sigamos haciendo historia. Por lo pronto, en estos tres años hemos demostrado que somos una gran nación, libre y soberana, respetada y respetable para el resto del mundo, que lucha por la paz y que se encamina a ser una República justa, igualitaria, democrática y fraterna.
Y eso ha sido una obra, repito, de todas y de todos, de un nosotros, que hoy está aquí representado por ustedes, mujeres y hombres libres y conscientes, protagonistas principales de la Cuarta Transformación de México.
Gracias, pueblo de México, gracias de todo corazón.
¡Que viva México!