Ciudad de Panamá. El Ministerio Público panameño informó el miércoles de la captura preliminar de 56 personas que servían de apoyo logístico al Clan del Golfo, una organización colombiana dedicada al tráfico de drogas y con tentáculos en el extranjero. Es la más reciente acción contra colaboradores de ese grupo delictivo en Panamá y tras la captura de su máximo líder en Colombia.
Se trata de la llamada Operación Fisher, que comprendió una investigación de poco menos de dos años y que dio con la incautación en la jornada de decenas de vehículos, dinero en efectivo y armas de fuego. Se llevó a cabo en tres provincias, incluida Colón, considerada la puerta de entrada para mucha de la droga perteneciente al Clan del Golfo y con destino a Estados Unidos. A los detenidos -incluidos nueve funcionarios, cinco de ellos de los estamentos de seguridad- se los acusa por tráfico, blanqueo de capitales y asociación para delinquir.
“Este grupo… recibía grandes cantidades de drogas desde Colombia por la costa Atlántica de Panamá”, dijo en rueda de prensa el procurador general de la nación, Javier Caraballo. Agregó que luego guardaba la carga de estupefacientes para entregarla a otros grupos transnacionales con los que había negociado el Clan del Golfo. Este grupo también sacaba la droga escondida en vehículos hacia países de Centroamérica. Se le vincula, según el procurador, con el decomiso de más de una tonelada de drogas registrado a lo largo de las pesquisas.
El Clan del Golfo opera en una zona del Caribe próxima a la frontera colombo-panameña. Previamente, las autoridades de Panamá capturaron a algunos de los líderes de esa organización que luego extraditó a Estados Unidos. Colombia detuvo a fines de octubre a su máximo líder Dairo Antonio Úsuga, que según autoridades panameñas es el responsable de las más de 300 toneladas de cocaína incautadas en los últimos tres años en varios países.
Panamá y Colombia estudian establecer un puesto binacional fronterizo en Cabo Tiburón para reforzar el combate contra ese tráfico de drogas.