El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a la mitad de su sexenio con cero concesiones mineras, deteniendo lo que a su parecer era una “fiebre” de concesiones de antiguos gobiernos. No obstante, dicha política coincide con un derrumbe de 90 por ciento en la inversión de la iniciativa privada para la exploración minera, es decir, en la búsqueda de territorios con minerales para explotar.
Paralelo a la política de nulas concesiones, el mandatario alista otro frente que se presume será estratégico para la transición energética del país: la explotación del litio, mineral clave en la elaboración de baterías de autos eléctricos, industria que se presume crecerá de manera exponencial en las próximas décadas.
Para lo anterior presentó una iniciativa de ley que pretende reservar minerales estratégicos como el litio sólo para el Estado, negando cualquier concesión para su exploración, producción o comercialización; además, un par de funcionarias de su gabinete han hablado de la posibilidad de crear una empresa minera enfocada en la producción de este mineral.
Tanto su decisión de no otorgar una sola concesión en tres años de gobierno “y la promesa de no hacerlo en todo el sexenio” y la de reservar minerales estratégicos para el Estado han sido fuertemente criticadas por especialistas y representantes de la industria minera, al grado de advertir que se está “hipotecando el futuro del país”.
Según la Secretaría de Economía (SE), desde 1988 hasta 2018, los diferentes gobiernos mexicanos otorgaron 65 mil 534 concesiones, de las cuales 17 mil 267 se dieron en la administración de Carlos Salinas de Gortari; 11 mil 542, en la de Ernesto Zedillo; 15 mil 753, en la de Vicente Fox; 12 mil 864, en la de Felipe Calderón, y 5 mil 396 con Enrique Peña Nieto. En tanto, en los tres años de gobierno de López Obrador no se ha dado una sola.
Especulación financiera
“Muchos pequeños propietarios, ejidatarios y comuneros, ni siquiera sabían, incluso pobladores, que lo que estaba debajo de sus tierras ya había sido concesionado. Fue una fiebre de entrega de concesiones; al final de cuentas, la mayor parte de éstas se utilizaron para la especulación financiera”, dijo hace unos días el Presidente en una conferencia en Irapuato, Guanajuato.
El freno a las concesiones coincide con una abrupta caída en la inversión para exploración, pues en 2018, último año del gobierno pasado, de acuerdo con la Cámara Minera de México, la industria destinó a este rubro 4 mil 897 millones de dólares, cifra que disminuyó en aproximadamente para 2019 y 2020, cuando se registraron 536 y 399 millones de dólares respectivamente.
En una entrevista reciente, Jaime Gutiérrez Núñez, presidente de la Camimex, destacó que el derrumbe en la inversión para exploración obedece a la política de no dar concesiones, política que, desde su punto de vista, sólo “hipoteca” el futuro del país, pues llegará el momento en el que concluyan los actuales proyectos y caiga la producción de minerales del país, sucediendo lo mismo con el pago tributario del sector.
Apuesta por el litio
En un intento porque sea el Estado el que explote el litio que hay en suelo mexicano y no las empresas privadas (muchas de ellas extranjeras), el gobierno busca reservar los derechos de este mineral, al tiempo que realiza un estudio sobre el potencial de México (pendiente de publicar), se ha acercado a especialistas de Bolivia, ha anunciado recursos para iniciar la exploración y hasta plantea la creación de una empresa minera.
A mediados de octubre, Flor de María Harp, titular del Servicio Geológico Mexicano, anunció que el organismo invertiría alrededor de 55 millones de pesos entre este año y el siguiente en la exploración de litio, con miras a encontrar un yacimiento económicamente viable en alguna de las 82 entidades donde se harán estudios.
Ese mismo día planteó la posibilidad de crear una empresa minera enfocada en la producción del litio, lo que unas semanas más tarde fue retomado por RocíoNahle, secretaria de Energía, quien dijo: “Si tenemos una riqueza como el litio, ¿por qué la vamos a entregar? ¿Por qué no desarrollarla y explotarla nosotros? Tenemos carreras, gente capacitada. Por eso en la reforma eléctrica se maneja que el litio queda reservado para la nación. ¿Cómo? Pues con la creación de una empresa minera, no es tan complicado, ¿qué chiste tiene?”
Hasta el momento en México sólo hay un proyecto de litio en Sonora, el cual está catalogado como uno de los más importantes del mundo y está en manos de una empresa inglesa llamada Bacanora Lithium, misma que está en vías de ser adquirida por la china Ganfeng Lithium, la productora de ese mineral más grande del mundo.