La construcción del Tren Maya, uno de los proyectos prioritarios del actual gobierno, que este primero de diciembre cumple tres años, avanza conforme a lo esperado, y se prevé que en 2023 esté listo para entrar en operaciones y dar un nuevo impulso al sector turístico.
Sin embargo, amparos y bloqueos, así como constantes reproches a la construcción en diversos tramos, impiden que el avance de la obra acelere el paso.
Entre los avances que más destaca la administración, es que a lo largo de cuatro tramos del Tren Maya se han ejecutado más de 300 kilómetros de terracería.
En el tramo uno del proyecto, en Balancán, Tabasco, se han terminado 79 obras de drenaje transversal y avanzado con 23 mil 800 metros lineales de drenaje longitudinal. En el tramo 2, en todo 2021 se han suministrado 336 mil 923 durmientes a lo largo de Hampolol, Arellano, La Trinidad, La Sabana y Campeche.
En el tramo 3, se han habilitado 60 kilómetros de los 172 kilómetros del trazado y en el tramo 4 se han realizado actividades para la construcción de muros de contención y el armado y colado de zapatas de paneles.
A su vez, a lo largo de los primeros cuatro tramos del proyecto se han construido más de mil obras de drenaje transversal que funcionarán también como pasos de fauna; mientras la administración reporta que los empleos generados por el proyecto ascienden a 89 mil 80.
El proyecto, que es llevado acabo por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), recibió para 2022 un presupuesto de 62 mil 942 millones de pesos, lo que representó un incremento de 73.45 por ciento con respecto a los 36 mil 288 millones de pesos que le fueron asignados este año. Y aunque hay avances y la promesa es que a finales de 2023 el tren esté terminado y listo para iniciar operaciones, todavía falta por iniciar la construcción de los tramos 5, 6, 7 y 8.
El tramo 4 va de Izamal a Cancún; el 5 norte de Cancún a Playa del Carmen y el 5 sur de Playa del Carmen a Tulum; el tramo 6 de Tulum a Bacalar y el 7 de Bacalar a Escárcega.
Estos tramos serán realizados por el Ejército Nacional, pero para que puedan comenzar con la construcción, aún es necesario que se apruebe la manifestación de impacto ambiental de los mismos, debido a que en diversos sectores no se puede construir debido a la presencia de flora y fauna o de zonas arqueológicas.
Los trabajos también se han visto frenados por diversos amparos que han presentado comunidades que temen ser desalojadas, y que protestan porque no se les ha hecho ninguna consulta o propuesta para ser reubicados.
La administración ha tenido que cambiar en diversas ocasiones el trazo de la ruta. Por ejemplo, éste ya no pasará por el centro de la capital del estado de Campeche, como estaba planeado, y se debió a que habitantes protestaron contra la construcción.
Tampoco pasará por el centro de Mérida, la capital de Yucatán, debido a que los habitantes argumentaron que el paso del Tren Maya no significa ninguna ventaja para ellos. En ambos casos, el Fonatur ha dicho que los cambios se hacen con el fin “de crear ahorros”.