El escritor estadunidense Paul Auster (Newark, 1947) presentó a sus lectores mexicanos su nuevo libro, La llama inmortal de Stephen Crane, en una conversación virtual difundida por Internet en la 35 Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) la noche de este lunes.
Se trata de la biografía de un joven escritor de finales del siglo XIX, quien también fue periodista, autor “de una de las mejores novelas bélicas de todos los tiempos”, La rojainsignia del valor (1896), prácticamente la única obra por la que se conoce a Stephen Crane (1871-1900) en Estados Unidos.
Hace cuatro años, durante la presentación en la FIL de su novela 4 3 2 1, Auster contó que al terminar de escribir ese relato de 866 páginas, estaba tan exhausto que al poner el punto final resbaló de su silla hasta caer en el suelo. Entonces hizo una pausa literaria de cuatro años, “porque después de concluir aquella novela tan larga, comprendí que no estaba en condiciones para seguir escribiendo y que debía tomar unas vacaciones por primera vez en la vida”.
Se la pasó leyendo, viendo películas y yendo a todos los partidos de beisbol que se le antojaron hasta que un día se topó con un libro de Crane , “y luego otro, y otro y otro”; emocionado, Auster regresó a su estudio para dedicarse a escribir la biografía de un personaje fascinante, que dejó “una poderosa y brillante obra que todos deben conocer”.
En la charla con Ricardo Raphael, Auster detalló que “en su vida tan corta (murió a los 28 años), Crane produjo más de 3 mil páginas, tan sólo de contenido publicado, eso incluye poesía, historias cortas, novelas y todo tipo de textos periodísticos, como artículos sobre Nueva York y sus reportajes como corresponsal de guerra. La más importante que cubrió fue en Cuba.
“Me di cuenta que quería escribir algo sobre él para demostrar mi aprecio por su trabajo e intentar explicar por qué las personas deberían leerlo de nuevo. Pensé que escribiría un libro de unas 200 páginas, un agradecimiento corto. Pero una vez que comencé a explorar su vida y lo interesante que fue pensé: ‘bueno, tal vez no sean suficientes’. Nunca me imaginé que sería de más de 800 páginas”.
Paul Auster habla con pasión de Crane, asegura que sin este autor no habría un Hemingway ni ningún otro importante autor estadunidense del siglo XX.
Por eso, añade, a Crane hay que leerlo “bien sentado en una silla dura, no puedes relajarte, porque todas sus oraciones vienen como martillos y debes prestar especial atención, porque lo que él hizo fue quitar todas las convenciones de las novelas del siglo XIX, se deshizo de todo, ¡y es increíble!
“Es todo un nuevo modo de pensar en cómo contar una historia ambientada en el pasado, donde conocemos los hechos históricos y, aún así, él se deshace de ellos. Lo que le importa es cómo contar cosas dentro de los momentos de percepción en los que suceden, y así los lectores comprenden las implicaciones más grandes de esos momentos. Es un estilo nuevo que abrió la puerta al siglo XX.”
Auster consideró que Crane, quien también visitó México y escribió un texto sobre el país, “descubrió que los humanos somos muy pequeños, insignificantes. Esto no quiere decir que no tengamos importancia entre nosotros. No, no. Lo que hacemos es importante, aunque no en el gran panorama cósmico.
“Conforme su pensamiento evolucionó, a pesar de que se condensó en unos pocos años, al final de su vida Crane llegó a una postura a la que llamaría el precedente del existencialismo, pues hay algo en su perspectiva del universo muy similar a la de Albert Camus.
“Ellos planteaban que vivimos en un mundo absurdo, los dioses se esfumaron, todo el peso está sobre nosotros y a pesar de lo poco importante que somos en el esquema cósmico, tenemos la obligación de cuidarnos los unos a los otros y vivir juntos de la mejor manera posible, por lo tanto, las acciones morales son importantes.
“Esta es una gran y temprana postura posreligiosa sobre cómo vivir una vida moral. Esa fue su gran contribución en términos de cuál es la esencia de su obra, si olvidamos la grandeza de su estilo y todo eso. El mensaje principal de Crane es: somos pequeños pero tenemos una obligación para con los demás.”
Otro mundo es la poesía de Sthepen, en la que se reflejaron sus tormentos religiosos, continuó Auster, “es extraordinaria, diferente a cualquier otra que haya leído, sencilla, sobria, excéntrica. Citaré un poema que me parece increíble: En el desierto había una criatura / desnuda, bestial que / agachada sobre la tierra / sostenía el corazón en sus manos / y comía de él / dije: ¿está bueno, amigo? / es amargo, contestó/ pero me gusta / porque es amargo / y porque es mi corazón”.
En español, La llama inmortal de Stephen Crane aparece bajo el sello Seix Barral. La charla completa con Paul Auster se puede ver en la liga bit.ly/3locF05