Un grupo de 20 familias que habitan en el paraje Las Torres de San Miguel Topilejo, en Tlalpan, fueron sorprendidas ayer por la mañana por personal de la Secretaría de Medio Ambiente y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes desmantelaron las precarias viviendas que habían levantado en tierras agrícolas consideradas como suelo de conservación.
Sin previo aviso ni exhibir alguna orden de desalojo comenzaron a derribar las viviendas sin dar oportunidad a sus moradores a sacar sus pertenencias. En el lugar quedaron apilados colchones, ropa y todo tipo de trebejos.
“Es injusto para nostros que diario nos estamos matando por tener un techo. No tenemos la suficiente economía para tener una casa en el centro; tampoco tenemos auto, subimos caminando, y hasta cocinamos con leña. ¿Quién quiere vivir así? Nadie. Nosotros no venimos aquí porque nos guste”, expresó Javier, uno de los afectados.
Poco antes del mediodía, el convoy con los vehículos oficiales alertó a los escasos pobladores que se encontraban a esa hora en la zona, pues la mayoría sale a trabajar desde temprano. “Iba con mi cuñada y una vecina me pregunta ¿y ahora, dónde irán a tirar? Cuando vi que iban para donde vivo eché la carrera, llegué, pero ya no me dejaron entrar ni para sacar mis cosas”, contó Olga, quien hace tres años comenzó a erigir su vivienda.
“Era de remiendos de madera y lámina, pero no sabe con cuántos sacrificios lo hace uno, para que vengan y nos rompan todo”, expuso, al señalar que al intentar rescatar sus pertenencias los policías le pidieron que se alejara o la remitirían ante el Ministerio Público.
Desconocen firma
Como ella, los otros afectados aseguraron que no les presentaron ninguna orden de desalojo. “Decían que el 21 de este mes habían ido a notificar y a pegar sellos y que alguien les firmó, pero no dijeron quién”.
La queja entre los desalojados es la misma: “Sacan a los más humildes y sin orden judicial a los que vivimos en terrenos desérticos que dejaron de ser cultivados, pero a los que tienen sus residencias en los bosques no les hacen nada. Dónde deben cuidar no lo hacen, vienen de fuera a talar la zona boscosa, pero ahí ni la Guardia Nacional entra”.
“Para nosotros –dice entre sollozos Vianey, otra de las afectadas– no hay derechos porque estamos fuera de la ciudad. Tener una casa, agua y luz son privilegios para los que tienen dinero. Con esfuerzo estamos pagando para tener algo, y que vengan así no está bien”, reprochó.
Los pobladores de Topilejo aseguraron que tienen mesas de trabajo con el gobierno central, con el que se había acordado detener los desalojos y ofrecer alternativas, incluso para ver la posibilidad de construir cierto tipo de viviendas, lo que no se está cumpliendo.