Madrid. Onusida advirtió ayer que si los líderes mundiales no abordan las desigualdades, en los próximos diez años habrá más de 7 millones de muertes relacionadas con el sida, por lo que ha pedido tomar medidas “transformadoras y urgentes” para acabar con la enfermedad y para que, además, la sociedad “no se quede atrapada con el Covid-19”.
Con motivo de que mañana se conmemora el Día Mundial del Sida, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió que al menos 310 mil niños se infectaron de VIH en 2020, lo que supone un contagio cada dos minutos.
La directora ejecutiva de Onusida, Winnie Byanyima, aseveró que “los progresos con el sida ya se habían retrasado y ahora nos encontramos bajo una presión aún mayor, ya que el Covid-19 ha hecho estragos al interrumpir los servicios de prevención y tratamiento del VIH. No podemos vernos obligados a elegir entre acabar con el sida hoy y prepararnos para las pandemias de mañana. El único enfoque exitoso será el de lograr ambas cosas y por ahora no estamos en camino de lograr ninguna”.
La advertencia se recoge en el informe de Onusida que se presentó ayer con el título “Desigual, sin preparación, bajo amenaza: por qué se necesita una acción audaz contra las desigualdades para acabar con el sida, detener el Covid-19 y prepararse para futuras pandemias”.
“Todavía es posible acabar con la epidemia para 2030, pero eso requerirá una acción intensificada y mayor solidaridad. Para vencer al sida necesitamos una acción colectiva”, aseguró el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres.
Unicef también alertó que la pandemia del coronavirus provocó interrupciones en los servicios sanitarios, una disminución de la detección del VIH de entre 50 y 70 por ciento en las zonas más afectadas, como el África Subsahariana. De hecho, 88 por ciento de las muertes infantiles relacionadas con el sida en 2020 se registraron en esta zona del mundo.
“El aumento de la pobreza, los problemas de salud mental y el abuso están incrementando el riesgo de infección entre los niños, las niñas y las mujeres”, dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef, quien señaló la importancia de tener “un sistema sanitario más fuerte” para combatir la “batalla contra el sida”.
Afp destacó que el mundo científico fue capaz de hallar en pocos meses una vacuna contra el Covid-19, pero contra el sida la búsqueda no ha dado resultados a pesar de años de esfuerzos. ¿Cómo se explica esa diferencia? Para empezar, la propia naturaleza del VIH, causante del sida, que es difícil de neutralizar.
Contra el coronavirus los gobiernos tomaron decididamente el timón, pero los esfuerzos no fueron similares contra el VIH. El año pasado murieron 680 mil personas de sida.
El VIH “infecta las células del sistema inmunitario”, integrando en su ADN su propio material genético, explicó a Afp Olivier Schwartz, director de la unidad de virus e inmunidad del Instituto Pasteur. El VIH “muta mucho más fácilmente” y por ello “es más difícil generar anticuerpos de amplio espectro que puedan bloquear la infección”, añade.
Brasil aprobó un nuevo fármaco que “combina dos sustancias distintas en un solo comprimido, la lamivudina y el dolutegravir sódico”, que reduce la cantidad de VIH en el cuerpo, además de promover un aumento de células CD4, un tipo de glóbulo blanco que ejerce un papel importante para el mantenimiento de un sistema inmune de defensa saludable.