Ginebra. El riesgo a la salud mundial por la variante ómicron del Covid-19 es “muy alto” y podría acarrear “consecuencias severas”, advirtió ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS), que atribuyó la aparición de nuevas cepas a la desigualdad en el acceso a las vacunas.
“Dadas las mutaciones que podrían conferirle la capacidad de escapar a una respuesta inmunitaria y darle una ventaja en términos de transmisibilidad, la probabilidad de que ómicron se extienda a nivel mundial es elevada”, señaló la organización, aunque por el momento no se ha registrado ninguna muerte asociada a esta variante.
Por ello, “podría haber futuros picos de Covid-19, que podrían tener consecuencias severas”, agregó la OMS en un documento técnico, en el que también da consejos a las autoridades para intentar frenar su avance, aunque todavía hay muchas incógnitas sobre su virulencia y su transmisibilidad.
Ómicron fue identificada por primera vez la semana pasada en Su-dáfrica. Este país ya contabilizó un rápido aumento de los contagios: el domingo hubo 2 mil 800 nuevos casos, frente a 500 de la semana anterior. Cerca de tres cuartas partes de las recientes infecciones se deben a esta variante.
“Aunque ómicron no es clínicamente más peligrosa y que las primeras señales todavía no son alarmantes, probablemente observaremos un aumento de casos debido a la rapidez de la transmisión”, expresó el epidemiólogo sudafricano Salim Abdool Karim, quien pronosticó que el país alcanzará 10 mil nuevos casos diarios de coronavirus a finales de esta semana.
El acaparamiento de las limitadas vacunas por parte de los países ricos significa un riesgo para el mundo entero. Entre más se propaga la enfermedad entre las poblaciones no inmunizadas, más posibilidades tiene el virus de mutar. En África, menos de 7 por ciento de la población está inoculada.
“El virus es un oportunista despiadado, y ahora vemos las consecuencias de la falta de equidad que ha caracterizado la respuesta global”, manifestó el doctor Richard Hatchett, director ejecutivo de CEPI, uno de los grupos detrás de la iniciativa de vacunas Covax respaldada por la OMS.
Numerosos países han detectado ya casos vinculados a esta variante, desde Reino Unido a Alemania, pasando por Canadá, Holanda e Israel. Y la lista no deja de crecer, con infecciones en España, Portugal, Suecia y Escocia señaladas ayer.
Los ministros de Salud del G-7 pidieron “medidas urgentes” en un encuentro en Londres.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consideró que ómicron es motivo de preocupación, pero “no es una causa para entrar en pánico”. El asesor de la Casa Blanca sobre la pandemia, Anthony Fauci, indicó que el país está en “alerta” y urgió a las personas a inmunizarse.
Muchos países, entre ellos Estados Unidos, Indonesia, Arabia Saudita y Reino Unido, impusieron restricciones a los visitantes procedentes de África austral.
Armenia, Ucrania, Eslovenia, Nepal, Guatemala, Chile, Paraguay, Cuba y Chile se unieron ayer a las limitaciones. Japón, Israel y Australia cerraron sus fronteras a todos los viajeros. Estas medidas fueron consideradas “injustificadas y dañinas para la economía” por los responsables sudafricanos.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, expresó que está “muy preocupado” por el aislamiento del sur africano. “No se puede culpar a los habitantes de África por el nivel inmoralmente bajo de vacunas disponibles ahí, y no se les debe penalizar por identificar y compartir información científica y sanitaria crucial con el mundo”, añadió.
Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson y el Instituto Gamaleya (creador de Sputnik V) afirmaron que ya trabajan en una versión de sus fármacos para combatir esta cepa.
Por décima semana consecutiva Cuba reportó una baja sostenida en nuevos infectados, al tiempo que no se reportó ninguna muerte.
El saldo mundial es de 261 millones 924 mil 996 contagios y 5 millones 204 mil 733 muertes, según la Universidad Johns Hopkins.