Viena. Después de un retraso de cinco meses, Irán y las potencias mundiales regresaron ayer a Viena para reanudar las conversaciones y restablecer el acuerdo de 2015 que limitaba las capacidades nucleares iraníes pero que fue torpedeado por Donald Trump.
Delegaciones de los países que siguen del acuerdo nuclear formalmente conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto –Irán, Rusia, China, Francia, Alemania y Gran Bretaña– se reunieron en el Palais Coburg, el lujoso hotel donde se firmó hace seis años.
Las conversaciones se desarrollan cuando Austria lleva una semana en confinamiento debido a un surgimiento de casos de Covid-19.
El negociador de la Unión Europea, Enrique Mora, quien preside las conversaciones, planteó un escenario optimista al final de la primera reunión. “Me siento positivo de que podamos lograr cosas importantes en las próximas semanas”, comentó.
Todos los participantes mostraron voluntad de escuchar las posturas y “sensibilidades” de la nueva delegación iraní, añadió Mora. Al mismo tiempo, el equipo de Teherán dejó en claro que deseaba participar en “trabajos serios” con miras a revivir el acuerdo, añadió.
La delegación de Estados Unidos, encabezada por el enviado especial Robert Malley, permaneció en un hotel cercano, donde recibía información actualizada sobre las negociaciones de parte de diplomáticos de otros países.
El presidente Joe Biden ha dado señales de que quiere volver a unirse al acuerdo. La última ronda de conversaciones, cuyo objetivo es que Irán vuelva a cumplir con el acuerdo y allanar el camino para que Estados Unidos se vuelva a unir, se desarrolló en junio.
“Hay una sensación de urgencia para poner fin al sufrimiento del pueblo iraní”, sostuvo Mora, en referencia a las sanciones que Estados Unidos reimpuso a Irán al momento de abandonar el acuerdo. “También hay una sensación de urgencia de poner el programa nuclear iraní bajo la supervisión transparente de la comunidad internacional”.
Estados Unidos salió de manera unilateral del acuerdo en 2018, durante la presidencia de Trump, quien restauró y aumentó las sanciones en una campaña para “maximizar la presión” e intentar obligar a Irán a renegociar.
El pacto nuclear establece que Irán limite el enriquecimiento de uranio a cambio de eliminar sanciones económicas. Desde que se vino abajo, Irán enriquece pequeñas cantidades de uranio hasta 60 por ciento de pureza; un pequeño paso que se acerca a los niveles armamentísticos de 90 por ciento. Irán también opera centrifugadores avanzados prohibidos por el acuerdo y sus reservas de uranio actualmente exceden por mucho los límites pactados.
Irán insiste en que su programa atómico es pacífico. Sin embargo, agencias de inteligencia estadunidenses e inspectores internacionales afirman que Irán contó con un programa de armas nucleares organizado hasta 2003. Expertos en no proliferación temen que las políticas actuales puedan llevar a Teherán a adoptar medidas, incluso más extremas, para tratar de obligar a Occidente a levantar sanciones.
El premier israelí, Naftali Bennet, dijo antier que su país “está muy preocupado por la voluntad de levantar las sanciones y permitir que miles de millones ingresen a Irán a cambio de restricciones insuficientes en la esfera nuclear”.