Beirut. Beirut, Trípoli, Sidón, Zahle y Monte Líbano, entre otras ciudades libanesas, fueron escenario ayer de protestas contra la profonda crisis económica que golpea Líbano.
Los manifestantes bloquearon la carretera principal que conecta Trípoli, Minié, Deniyé y Akar, en el norte del país, así como el cruce de camiones en la vía, mientras decenas de personas cortaron los accesos en la Plaza Al Nur, en Trípoli.
Por diversas calles del país, los manifestantes colocaron barricadas con llantas y contenedores de basura en llamas, lo que impidió que muchos residentes llegaran a sus lugares de trabajo, incluso algunas escuelas tuvieron que cerrar sus puertas.
Líbano sufre la peor crisis financiera de su historia; se espera que la tasa de desempleo aumente por encima de 40 por ciento en 2021, mientras la Organización de Naciones Unidas prevé que la tasa de pobreza llegue a 78 por ciento.
Aunado a esto, el país se encuentra sumido en una grave crisis de inestabilidad política; el problema económico se ha agravado por la pandemia y las explosiones de agosto de 2020 en el puerto de la capital, Beirut, que dejaron más de 200 muertos y enormes daños materiales.
El presidente de Líbano, Michel Aoun, discutió el colapso económico de su país y una crisis diplomática sin precedente con las naciones del Golfo Pérsico, con el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Thani, quien a su vez prometió ayudar al pequeño país a aliviar sus problemas.
La reunión entre Aoun y el jeque se dio poco después de que el líder libanés llegó a Doha, capital de Qatar, para la ceremonia de inauguración de un torneo árabe de futbol y para negociaciones sobre la crisis con naciones del Pérsico.
La oficina de Aoun indicó que ambos líderes coincidieron en que los países árabes deberían respaldar a Líbano y “superar cualquier error que estas relaciones pudieran enfrentar”.
Aoun ha dicho en repetidas ocasiones que Líbano desea tener relaciones excelentes con Arabia Saudita, cuyo gobierno considera a Hezbolá “organización terrorista”. El mandatario es aliado político del grupo combatiente chiíta.
Muchos países se han rehusado a invertir en Líbano u ofrecer ayuda a su gobierno si no implementa reformas severas para combatir la corrupción y la mala gestión que detonaron el desplome económico en 2019.