Madrid. El volcán en la isla española de La Palma, que entró en erupción el pasado 19 de septiembre, ha arrojado hasta ahora más de mil cien hectáreas de lava, y ha afectado unas 2 mil 750 construcciones en esa isla de Las Canarias.
Varios respiraderos volcánicos se abrieron el fin de semana, liberando más lava que desciende a toda velocidad por una cresta y amenaza con agravar los daños en tierras, caminos y viviendas, informaron las autoridades.
La roca fundida que salía del principal respiradero nuevo era muy fluida y avanzaba a una velocidad de seis metros por minuto hacia zonas que aún estaban vírgenes, hasta ahora, comentó María José Blanco, portavoz del Instituto Geográfico Nacional de España.
En estas 10 semanas, los científicos han identificado por lo menos 11 flujos de lava distintos, que cubren unas mil 147 hectáreas, miles de viviendas, caminos, líneas eléctricas y tuberías de riego para las plantaciones de plátano, que son de gran importancia económica para la isla.
Uno de los flujos de lava destruyó un cementerio la semana pasada, volviendo a enterrar los restos de más de 3 mil personas.
Pese a los daños, no se han reportado lesiones o muertos relacionados directamente con la erupción.