Cuautla, Mor., La colonia Mixtlalcingo, municipio de Yecapixtla, contiguo a Cuautla, del cual lo separa la carretera federal México-Puebla, es “una zona de horror”, según las activistas Tranquilina Hernández y Angélica Rodríguez, quienes buscan a sus hijas Mireya y Viridiana, respectivamente, desaparecidas hace siete años. Son integrantes de la Sexta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas, que ha encontrado en el mencionado sector, de octubre pasado a la fecha, los cuerpos de 11 personas en fosas clandestinas y más de 66 trozos de huesos.
Tranquilina expuso que los buscadores saben en qué momento la varilla que hunden en la tierra, al explorar un predio, topa con un cuerpo humano. Si al sacarla perciben el olor característico, piensan: “Gracias, Dios, es un alivio, ahí está una personita.
“Pero es también un sentimiento de dolor, porque no queremos encontrarlos en este estado. Una imagina que puede ser su hija y no sabe cómo llegó aquí. Antes de que la enterraran, obviamente la lastimaron, la torturaron, y todo eso se nos viene a la cabeza”, dijo la madre de Mireya Montiel, desaparecida el 13 de septiembre de 2014.”
–¿Por qué las madres y padres sí encuentran restos y no la Fiscalía General del Estado (FGE), la Fiscalía Especializada de Desaparición Forzada de Personas o la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Morelos?
–Porque nosotros buscamos con el corazón, con la esperanza de encontrar a nuestro familiar. No sé si aquí está el hijo de mis compañeras que vienen de otros estados, o de las que vivimos aquí, o hasta puede estar mi hija. Los restos que se están encontrando aquí aún tienen piel, son recientes –respondió Tranquilina.
Las integrantes de la Sexta Brigada Nacional de Búsqueda llegaron a predios y barrancas de Mixtlalcingo donde se enterró ilegalmente a gente, luego de haber recibido llamadas y cartas anónimas en los llamados “buzones de paz” que colocaron en las principales ciudades de Morelos, explicó Angélica, madre de Viridiana Morales, desaparecida en agosto de 2012.
Las dos activistas consideraron que Morelos, en especial el oriente del estado, es “un horror” y ninguna autoridad federal, tampoco el gobernador Cuauhtémoc Blanco, el titular de la FGE, Uriel Carmona, ni el comisionado estatal de Seguridad, Antonio Ortiz, hacen algo para impedir los homicidios e inhumaciones clandestinas.
Angélica señaló que el ex futbolista Blanco “no sabe del tema, como que este no es su asunto. Creo que para él es doloroso y no sabe qué decir ni qué hacer. Nosotros le pediríamos que se dé una vuelta por aquí, que sienta el dolor de las familias y vea el horror que está pasando”.
Del mismo modo, solicitó a los gobiernos federal y estatal mejorar la seguridad con más policías, educación y reforzamiento de lazos familiares para evitar que los jóvenes engrosen las filas del crimen organizado.
Mencionó que las bandas delictivas “cooptan a jóvenes que son quienes están desapareciendo a nuestros hijos”.
De acuerdo con Angélica, la zona oeste de Morelos es un aparente “tiradero de cuerpos” de los grupos delictivos, por lo que recomendó a las corporaciones policiacas que inspeccionen las casas en torno a la región donde opera la Sexta Brigada Nacional de Búsqueda, pues los ocupantes de varios inmuebles observan con binoculares las labores de los activistas y les toman fotos.
Angélica destacó que la FGE la ha amenazado “indirectamente, como diciendo que ya no dé ruedas de prensa o entrevistas, que me calle y deje que las cosas pasen. Me han ofrecido beneficios a cambio de mi silencio. No he aceptado ni lo voy hacer porque sería vender a Viridiana”. Además, responsabilizó a Carmona si algo le pasa a ella, a sus familiares o a sus compañeras de búsqueda.