La desigualdad persiste y se amplía en México. En los pasados tres años, las seis personas y familias que concentran la mayor cantidad de riqueza en el país vieron crecer su patrimonio hasta seis veces más que lo producido por la economía para repartir entre la población. Ni la más honda crisis mundial en nueve décadas ni la llegada de una administración que toma como bandera la redistribución del gasto público han frenado esa tendencia.
A tres años del primero de diciembre de 2018 –fecha en que inició el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador– la fortuna combinada de los multimillonarios mexicanos que lista Bloomberg se disparó 27.3 por ciento. Con excepción de Alberto Bailleres; el patrimonio en dólares de Carlos Slim, Sara Mota de Larrea, Ricardo Salinas, Juan Beckmann Vidal y Germán Larrea reportan un saldo positivo.
En el mismo periodo, el producto interno bruto (PIB) per cápita en México aumentó 3.9 por ciento en pesos corrientes. Sin embargo, si se toma la variación real del indicador –que sirve para dimensionar cuánto del ingreso nacional tocaría a cada persona si se distribuyera de manera igual–, la caída alcanza 10.1 por ciento, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y los estimados del Consejo Nacional de Población.
Los datos reflejan lo repetido en los diversos estudios sobre desigualdad donde México se ubica en los primeros lugares. Tan sólo el más reciente Reporte de riqueza global de Credit Suisse indica que en el año de la pandemia uno por ciento de la población más acaudalada concentró 31 por ciento de la riqueza nacional.
La oportunidad de resarcir esta estructura se esperaba a mitad de la administración. Una reforma fiscal que fuera por gravar primero las grandes fortunas en México, pero también el patrimonio y las ganancias del capital, quedó en un proyecto de simplificación administrativa para que paguen “los que no pagaban”.
Cinco meses después, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas “un Plan mundial de fraternidad y bienestar” para “garantizar el derecho a una vida digna a 750 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares diarios”, a través de un fondo anual de un billón de dólares.
El mandatario detalló que la propuesta se podría financiar con “una contribución voluntaria anual de 4 por ciento de sus fortunas a las mil personas más ricas del planeta; una aportación similar por parte de las mil corporaciones privadas más importantes por su valor en el mercado mundial y una cooperación del 0.2 por ciento del PIB de cada uno de los países integrantes del Grupo de los 20”.
La oportunidad de implementar algo similar en México no se dio con la esperada reforma fiscal, pero sí ha aumentado la riqueza de cinco de seis mexicanos que se encuentran en la lista de las 500 personas más ricas del mundo que realiza Bloomberg, los cuales son candidatos evidentes para el “Plan mundial de fraternidad y bienestar”.
En los pasados tres años, la riqueza neta de Carlos Slim aumentó 13.1 por ciento. De acuerdo con la metodología de la agencia, el hombre más rico del país tras la privatización de Teléfonos de México, ahora cuenta con un patrimonio de 58 mil 900 millones de dólares.
Sara Mota de Larrea y su familia –accionistas de Grupo México– acumulan 16 mil 400 millones de dólares, luego de un crecimiento de 92.5 por ciento en su riqueza al saldo de tres años, según muestran datos consultados el 28 de noviembre; les sigue Ricardo Salinas Pliego, la cara más visible del Consejo Asesor Empresarial del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo patrimonio aumentó 41.2 por ciento, actualmente se encuentra en 13 mil 300 millones de dólares.
Alberto Bailleres –dueño de Grupo BAL, un conglomerado que participa en diversos sectores– fue el único de los multimillonarios que han visto reducida su riqueza con la actual administración, al disminuir 12.6 por ciento, actualmente asciende a 8 mil 430 millones de dólares.
Mientras las de Juan Beckmann Vidal y su familia, quienes son dueños de tequila José Cuervo, aumentó 92.6 por ciento, para ubicarse en 7 mil 32 millones de dólares. Y la de Germán Larrea –también heredero, pero al tiempo presidente de la minera más grande del país, Grupo México— aumentó 69.3 por ciento y alcanzó 6 mil 60 millones de dólares.
Todos ellos se encuentran entre los 500 multimillonarios del mundo, pero Germán Larrea y Alberto Bailleres también hacen parte del listado de personas con operaciones en paraísos fiscales –países donde los ingresos pagan impuestos más bajos–, según lo reportado recientemente por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
Con la riqueza combinada de Slim, los Larrea, Salinas, Bailleres y Beckmann Vidal, que asciende a 110 mil 410 millones de dólares según lo publicado hasta el 28 de noviembre de 2021, se obtendrían 4 mil 416.4 millones de dólares –alrededor de 95 mil 755 millones de pesos– para financiar el llamado “Plan mundial de fraternidad y bienestar”, cantidad que también equivale a 30 por ciento de lo que ganan todos los trabajadores del país en un trimestre, de acuerdo con estimados de masa salarial del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.