La inseguridad alimentaria en América Latina se duplicó con la pandemia. Debido a la falta de dinero, uno de cada cuatro hogares en la región ha pasado hambre en los últimos 30 días. El problema se agravó en los países con mayores niveles de desigualdad y pobreza, documentaron el Banco Mundial (BM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Detallaron que, previo al coronavirus, 12 por ciento de los hogares en América Latina se habían quedado sin comida al menos un mes. En casi un año y medio de crisis, esta proporción escaló a 24 por ciento. Se acompaña de menos ingresos de la población y un deterioro en las condiciones de trabajo.
En Haití, antes de la crisis mundial por el Covid-19, 50 por ciento de la población ya había reportado la falta de alimentos por no contar con dinero; para junio reciente alcanzó 65 por ciento. En México también se duplicó la inseguridad alimentaria, pasó de afectar a una de cada 10 viviendas a dos de cada 10.
Según las encuestas telefónicas de alta frecuencia hechas por el BM y el PNUD, hasta junio de 2021 la mitad de los hogares en América Latina no habían recuperado el nivel de ingresos que tenían en el primer trimestre de 2020, pese a recibir transferencias gubernamentales.
Además, una de cada cuatro personas que perdieron su empleo con el inicio de la crisis, no lo había recuperado. De hecho, la ocupación en América Latina descendió de 76 por ciento a 62 por ciento. Se suma el avance de la informalidad, de 48 por ciento a 53 por ciento, y la baja de 43 a 37 por ciento, en las horas promedio de trabajo a la semana.
El BM y el PNUD reiteran uno de los diagnósticos más difundidos sobre la pandemia: la crisis perjudicó a los que ya eran vulnerables económicamente, en las mujeres (sobre todo la madres), en los trabajadores jóvenes y en aquellos con menores niveles educativos o de capacitación.
Pero entre todos los factores sociales, uno de los que más peso han tenido es el género. Los organismos muestran que la probabilidad de que las mujeres hayan dejado de trabajar es dos veces superior a la de los hombres; si son madres sube esta tendencia y lo hace otro poco si sus hijos son menores a 5 años.
Según los datos 38 por ciento de mujeres perdieron el trabajo con la pandemia, el doble que el 17 por cien-to de los hombres. Entre las que te-nían hijos menores de 5 años, 40 porciento dejaron sus empleos y siguen sin recuperarlos, frente a 12 por ciento de hombres que en teoría tie-nen una responsabilidad igual. En ge-neral, durante la pandemia el cuidado en casa y el trabajo doméstico no remunerados crecieron más entre las mujeres que entre los hombres.