Pumas entró empujando la puerta al repechaje. Se ganó un lugar entre los mejores ocho de la Liguilla, de donde echó al líder del torneo, América, con una contundente demostración de orgullo y eso que llaman garra.
Andrés Lillini, un entrenador que pasó momentos difíciles con unos universitarios que no despegaban en el torneo y que hoy lucen uno de los semblantes más temibles en las semifinales, dio una entrevista a la estación W Deportes haciendo esfuerzos para aferrarse a la modestia que no les haga perder el piso frente a su siguiente reto contra Atlas, el jueves en Ciudad Universitaria. Lo suyo no ha sido un trabajo de motivación como de desarrollo.
“No soy tanto de charla y de disfrazarla demasiado”, sostiene; “soy más un virtuoso de leer los partidos y en el trabajo de entrenamiento”.
Si al inicio de la temporada pasaron momentos amargos, el trabajo de Lillini ha sido el análisis para la evolución que hoy los tiene en semifinales.
“Cuando creces en la forma, creces con el futbol en la cancha; nosotros crecimos como se vio ante América y empezamos a hacer los goles”, expone.
No se trata de un lillismo, ataja el entrenador. No quiere ni que se sugiera la posibilidad de una escuela con su estilo. Eso, dice, hasta le da vergüenza que se diga.
“No puedo llegar a un club y revolucionarlo”, confiesa; “uno lle-ga y debe adaptarse a una institución y mantener una tradición, así he hecho en mi experiencia en otros clubes como Boca Juniors”.
Su magia, entonces, consiste en devolverle la confianza a los jugadores a partir del análisis y el trabajo. De estar convencidos de que están para pelear y defender todas las que se presenten.
“La magia es hacerlos creer que son los mejores. Ellos me creen. Son muchas cosas las que intervienen, como los malos momentos que vivimos y en los cuales me tocó salir a dar la cara; eso el jugador lo percibe de buena manera y después lo refleja en la cancha”.
Si bien trata de mantener una cordura en sus filas, de insistirles a los jugadores que no pueden estar pensando en finales, sino en los próximos partidos, sí advierte que están en una mejor versión de la que tuvieron en el inicio del torneo e incluso en la final que perdieron ante Léon.
“La mejor versión de Pumas es la de hoy. Estamos mucho mejor estratégicamente y en la parte anímica. Pero debemos jugar a tope la semifinal; si nos confiamos y estamos buscando al rival de la final, ¡estamos fuera!”
Para las semifinales los horarios quedaron definidos de la siguiente manera: Tigres-León, ida, miércoles 1º de diciembre, en el estadio Universitario; vuelta, sábado 4 de diciembre, en el Nou Camp. Pumas-Atlas, ida, jueves 2 de diciembre, en el estadio Olímpico Universitario; vuelta, domingo 5 de diciembre, en el estadio Jalisco.