“Una de las peores crueldades que se le puede hacer a una mujer es quitarle a sus hijos; es como matarla en vida”. Así se siente la denominada violencia vicaria o por sustitución. Es un tipo de agresión de género que muchas sufren, sin siquiera saber que tiene nombre. El Frente Nacional de Mujeres pugna por que sea tipificada en los códigos penales para que “los agresores la piensen dos veces” antes de ejercerla.
“¡Nos arrebataron a nuestros hijos, y nos quitaron el miedo!”, clamaba una de las integrantes del Frente en las manifestaciones del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el jueves pasado.
Enfundadas en playeras naranjas en las que se leía el mensaje #NoMásViolenciaVicaria, mostraban pancartas con su definición: “Es aquella que tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos, especialmente sus hijas e hijos”.
Las integrantes de la agrupación se reunieron el 25N en la Torre del Caballito para marchar de forma pacífica en demanda de que les devuelvan a sus vástagos.
Alexandra Volin-Bolok precisó a La Jornada que “no está tipificada en ningún código penal. La violencia de género tiene muchas variantes y matices, y ésta es una de ellas. La violencia vicaria es lastimar a la madre, usando como instrumentos a sus hijos, que es lo que más ama una mujer”, y es ejercida por las ex parejas.
Todo puede empezar a gestarse con el divorcio o la separación del esposo o novio, y padre de los hijos. Luego concretarse cuando éste se lleva a los niños de fin de semana, a comer o a pasear, y no los regresa con la mamá. Así empieza el “calvario”.
Esta “venganza” muchas veces se acompaña de una denuncia en contra de la madre, acusándola de maltrato.
“Llevan a los niños(as) a las fiscalías a declarar en contra de una por violencia física, emocional y sicológica, pero son denuncias falsas. Con eso empieza el viacrucis. Imponen medidas cautelares en nuestra contra. Es un modus operandi, una artimaña”.
Y “mientras más chiquitos son los niños, son más manipulables e influenciables. Los aleccionan. Les indican qué decir, qué contestar. En las fiscalías manipulan los peritajes y las entrevistas a los niños para que salgan a favor del denunciante”.
Hay “corrupción” en las periciales con las que las despojan de sus pequeños, dice, les quitan la custodia e incluso las obligan a pagar pensión alimentaria al hombre “que nos arrebató a los hijos e hijas”.
En ocasiones ese padre que “quita” a los hijos, antes del rompimiento no se “involucraba” en la crianza de los menores, pero obtiene la custodia, “aunque no sea un padre genuinamente interesado en sus vidas”. Falta perspectiva de género en esas resoluciones judiciales, denuncia.
En esto “nadie gana”, y son perjudicados los niños, porque llegan a creer las “mentiras” sobre el desamor y descuido de la madre.
Existen casos extremos en que escaló al homicidio de los hijos a manos del padre. Ninguna de las integrantes del Frente ha tenido una experiencia así.
Este año se conoció el caso de Olivia y Anna, de seis y un año. El padre amenazó a la ex esposa con que nunca volvería verlas. Las llevó a cenar, no las regresó. Luego encontraron el cuerpo de Olivia a mil metros de profundidad en las costas de Tenerife (Islas Canarias). El agresor no sólo acabó con la vida de sus hijas; pretendía que la madre ni siquiera tuviera los cuerpos de sus pequeñas.