De manera paralela al traslado de migrantes que realiza el Instituto Nacional de Migración (INM), la Secretaría de Gobernación (SG) prepara un decreto para otorgar un permiso humanitario a haitianos, el cual les permitiría viajar a ciudades con mayor desarrollo económico y solicitar trabajo, indicó el titular de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), Andrés Ramírez.
En entrevista con La Jornada, explicó que este proceso únicamente incluiría a haitianos, debido a las características legales de sus casos.
La necesidad de un decreto para ofrecerles alternativas migratorias se debe en parte a la cantidad de personas de ese país caribeño que han llegado a México, que junto con sus hijos superan 52 mil en el presente año, detalló. Pese al número, por las disposiciones legales del sistema de asilo, no entran en la definición de refugiados, pero “tampoco se les puede regresar” por las condiciones actuales de esa nación.
Recordó que en 2016 se otorgaron permisos humanitarios a más de 7 mil haitianos, lo cual les permitió trabajar e integrarse en Tijuana y Mexicali, de ahí que las autoridades analizan repartir un documento similar.
De acuerdo con las conversaciones que ha tenido Ramírez con representantes de la SG, indicó que se perfila que “las tarjeta tendrán características especiales, van a ser temporales y la idea es que les den la posibilidad de tener empleo, de ser beneficiarios de servicios públicos y que se puedan trasladar a otras ciudades”.
La movilidad contará con el apoyo de la agencia de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), la cual ya tiene un programa de atención a migrantes en ciudades como Guadalajara, Saltillo, Monterrey y Querétaro, entre otras.
Ramírez subrayó que el programa de traslado que comenzó la semana pasada, y que tras ser suspendido se reactivó este fin de semana, está a cargo del INM, en el cual la Comar no ha participado.
Para este decreto deben analizarse los problemas denunciados por los haitianos que recibieron tarjetas humanitarias en 2016. Por ejemplo, la renovación del permiso un año después, ante lo cual muchos enfrentaron problemas para el trámite, explicó por su parte Dolores París Pombo, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte.
A pesar de que en México está presente una tendencia de la migración hacia Estados Unidos, no hay un sistema de acogida. Recordó que mientras ciudades como Tijuana cuentan con más de 30 albergues, otras como la Ciudad de México apenas tienen tres o cuatros sitios encabezados por la sociedad civil para atenderlos.
Recalcó que es un “gravísimo error” contener el flujo en la frontera sur ante las condiciones de pobreza en esa región, sobre todo cuando hay ciudades en las que pueden integrarse sin problema, sin representar una afectación real a la cantidad de empleos, ya que urbes del norte del país necesitan mano de obra de manera continua y no se dan abasto con la mexicana.
En cambio, insistió la especialista, mantener a los migrantes en el sur sí representa un problema económico y social para ciudades como Tapachula.